¡Puente del Humilladero gloria arquitectónica, 155 Años!

ÁLVARO ORLANDO GRIJALBA GÓMEZ

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El 31 de julio pasado, nuestro emblemático Puente del Humilladero, gloria arquitectónica de la Ciudad, cumplió 155 años de su inauguración ocurrida en 1873, y nadie dijo nada.

Ni las Administraciones Departamental y Municipal, ni la Asamblea, ni el Concejo de Popayán, ni la apergaminada Academia de Historia del Cauca, ni historiadores, ni presuntos dolientes de monumentos nacionales, ni la prensa y mucho menos los indolentes payaneses a quienes ya se nos pasan fechas como esta en las que se nos han legado obras monumentales como el bellísimo y turístico puente del Humilladero, Patrimonio Nacional, que es parte integral de nuestra belleza paisajística y arquitectónica, para el disfrute de propios y visitantes.

Su constructor fue Fray Serafín Barbetti, un venerable y virtuoso religioso franciscano, arquitecto y diseñador, nacido en Italia, en Osola provincia de Novara, el 16 de mayo de 1800.

Se radicó en nuestra Ciudad en 1859, donde llegó principiando sus sesenta años de edad, para dirigir la obra de la Catedral de Popayán, empezada a construir por el Obispo de aquel entonces Fray Fernando Cuero y Caicedo, también franciscano, que iba a ser continuada por su sucesor el Obispo Pedro Antonio Torres.

Sus valores y arte arquitectónicos lo distinguen como uno de los más célebres arquitectos del Siglo IXX, especialista en la construcción de puentes de arco, calicanto y hormigón, y fue por ello que después de contratar con el Estado Soberano del Cauca, construyó el bellísimo y emblemático Puente del Humilladero en nuestra amada Ciudad de Popayán sobre el rio Molino, el puente de Juanambú en el camino hacia Pasto, el del rio Palo al norte, en madera, el del rio Ovejas en la vía a Cali, el del Alto Palacé en la ruta a la Plata, sobre el rio Amaime entre Palmira y Buga otro, y algunos más con su propia técnica y estilo.

A su paso por este mundo dejó muchas esplendorosas obras especialmente en el Oriente Medio, en Egipto, Tierra Santa donde residió; diseñó la Catedral de Alejandría y en cuatro años la terminó con imponente torre de cincuenta metros de altura y un colegio; construyó también la catedral del Cairo en estilo corintio.

Murió en 1887, aquí en la Ciudad a los ochenta y siete años, casi ciego y lisiado por un accidente sufrido durante la construcción del puente de Juanambú, y fue sepultado a petición suya en el Templo de San Francisco.

Este fue el hombre que diseñó y construyó el Puente del Humilladero hace ciento cincuenta y cinco años, para aliviar la subida de la gente por una difícil pendiente a la plaza central, especialmente con los productos del campo en bultos, que obligaba a las personas a subir agachadas en posición casi de humillación, por ello fue llamado del humilladero.

Ahora este puente es el humillado y lacerado en su estructura, por la vibración de los equipos de sonido, por los vehículos altos que pasan bajo su arcada tumbando los ladrillos, por los viciosos que roban sus ladrillos para fumárselos, y por los grafiteros que se han atrevido a mancillar la atávica y centenaria limpieza de los ladrillos de los arcos centrales de medio punto de nuestro preciado puente con espantosos grafitis del más alto grado de mal gusto. Un delito contra el patrimonio.

A los 155 años de su inauguración, creemos Señor Gobernador, Señor Alcalde, este monumento merece una mirada de consideración por su propia historia, para hacerle una justipreciada y seria restauración de las afectaciones que ha sufrido por las acciones de los depredadores de nuestro patrimonio arquitectónico.

Si la única momia de fraile franciscano, que aún queda para exhibir en Semana Santa, como “gran atractivo”, en el centenario Templo de San Francisco, fuese la de Fray Serafín Barbetty, que no creemos, como afirman algunos mal informados que dicen que no está allí sino en el Museo de Arte Religioso, donde tampoco hay momia alguna, esta se levantaría de su urna funeraria e iría en las noches a resguardar una de sus más representativas obras arquitectónicas, nuestro hermosísimo Puente del Humilladero, ante los atropellos y profanaciones que sufre a diario ante la mirada indiferente de la autoridades.

Homenaje al bello Puente del Humilladero en sus 155 años de gloria arquitectónica para nuestra amada Popayán.