Protestemos por el mal uso de la geografía

08:43 am 18-noviembre

NELSON EDUARDO PAZ ANAYA

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La conquista y la colonia se llevó el oro y todo lo que más pudo, allí nos dejaron un testigo eterno, don Sebastián de Belalcázar en un caballo grandote en el mejor morro de la ciudad y la guerra de la independencia mucha de la economía que los criollos habían logrado en sus haciendas.

Iniciada la formación de la república, grande fue el desgaste de estos territorios porque sus hombres no pudieron trabajar por estar en la guerra; ni infraestructura, ni cultivos, ni artesanías, ni manufacturas, nada que no fueran las batallas y las derrotas y las efímeras glorias, parecería atraía la atención de su clase dirigente.

Al inicio de la República, se evidenció la tendencia de inversión del País, pues ya algunos grupos familiares habían marcado los lugares en donde ubicarían sus centros de explotación económica, hicieron uso de la geografía para sus intereses, y así ha seguido hasta hoy.

Cundinamarca por contener a Bogotá, capital de la república, centralizo mucha inversión, no solo por ser sede del gobierno, sino por la visión unificadora y centralista del poder.

Atlántico, eje de la Costa Caribe, con razón en el puerto fluvial del Rio Magdalena construye el puerto marítimo de Barranquilla, Antioquia apalancada en el emprendimiento de la cultura paisa, con un poblamiento y colonización atractiva, recoge mucho de los capitales excedentes de las exportaciones y da paso a la industrialización regional, y el Valle del Cauca, por sus tierras planas da inicio a la agroindustria, haciendo necesario el Puerto de Buenaventura y a su espectacular infraestructura.

El resto del país, se dejó a la deriva para que se pegara a estos polos de desarrollo, algunos han logrado integrarse de alguna manera, pero el Cauca, en dos siglos no ha podido ni siquiera tener comunicación terrestre con los departamentos vecinos en condiciones aceptables, así las cosas nuestra geografía, tan mencionada por sus riquezas, se convirtió en motivo de atraso.

No es pues, asuntos del azar los domicilios de las sedes bancarias y sus dueños, las industrias productoras de elementos para la construcción, los alimentos, las cervezas, las telas, el calzado, utensilios del hogar, productoras de herramientas y partes de vehículos y maquinas, todo lo que fue posible producir en Colombia, si se trabaja con un mapa se encuentran las ventajosas razones económicas de su ubicación.

En todo el siglo XX, empezando por las inversiones de 1.920 en adelante, el Cauca, no participo en absoluto, en una sola inversión que pudiera llamarse a reivindicar esta etapa de la historia del Estado, la participación en el presupuesto de la nación, no paso de las asignaciones Constitucionales y una que otra pequeña obra para usarla como bálsamo electoral, allí están las estadísticas en el banco de la república.

El espacio geográfico del río Cauca, que corresponde al Cauca, tiene todos sus aprovechamientos por las empresas productoras de azúcar y etanol, siempre se han defendido por la generación de puestos de trabajo, pues la realidad hoy esta producción está a punto de desaparecer, porque los gringos castro- chavistas, con los subsidios de allá van a cerrar las cuatro plantas del País, no es pues extraño, los judíos azucareros, marchen el jueves y los acompañe el gerente de Ecopetrol.

No son los izquierdistas, ni los derechistas, ni los que protestan, es el mercado implacable, que asi actúa, son las barreras proteccionistas, Para que luchan los agricultores, si en otros países sus productos, no tienen igual trato, de que hablan cuando exigen acabar con la coca y la marihuana? Son zonas de la geografía, que solo pueden tener estos cultivos, porque se quedaron sin estado.

La geografía del Cauca, no cuenta para la calidad de vida de sus habitantes, no se valora el agua, sus suelos, las coberturas, nada de lo nuestro tiene marca de región, ni se reconoce su calidad.

La minería, otrora fuente de riqueza, se abandonó para que los ilegales hagan de las suyas, al fin de cuentas más arriba de la cadena se legaliza, no es pues, un grito sordo, son todos los gritos, con los de los cafeteros, que lo hacen en el surco, pero que no lo oyen los que no cultivan. Tampoco es el Señor Duque, sería una visión misógina, es el sistema, que se revienta por sus propias contradicciones.