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    Por los servidores del sector salud

    HAROLD MOSQUERA RIVAS

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    La noticia de la muerte por cuenta del coronavirus de trabajadores del sector salud, incluyendo a los médicos, ha causado estupor a nivel mundial. Esto si se tiene en cuenta que esas muertes ocurren en cumplimiento del deber, es decir que son una consecuencia de la prestación del servicio como trabajadores de la salud, en tanto que deben laborar en los centros médicos donde se atiende a las personas contagiadas con el Covid-19.

    Además de la tragedia por la pérdida de estas vidas, en muchos casos como consecuencia de la precariedad de las condiciones en que prestan el servicios, que se denomina bioseguridad, pues desde la entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993 la salud es un negocio y las empresas deben ser lucrativas, para lo cual, se deben reducir los costos de prestación del servicio para generar mayores ganancias a los inversionistas del capital en la salud. Una vez ocurrido el fallecimiento de un trabajador de la salud, por cuenta del Covid-19, la primera discusión es en torno a si se trató de un enfermedad profesional o no, pues si se califica el fallecimiento como consecuencia de una enfermedad laboral, la Administradora de Riesgos Laborales a la que se encontraba afiliado el fallecido, deberá pagar la pensión a sus sobrevivientes, que deberían ser cónyuge e hijos. Si, por el contrario, que es lo más seguro que suceda, se considera que la muerte del trabajador de la salud por cuenta del Covid-19, no es una contingencia laboral, quien debe responder por la pensión de sobrevivientes es la administradora de pensiones a la que se encontraba afiliado el fallecido. El valor de la pensión será, en este último caso, significativamente inferior al que les correspondería si la contingencia fuera calificada como laboral o profesional.

    Si se trata de médicos de las Empresas Sociales del Estado, que están prestando el servicio por la modalidad de contrato sindical, en promedio la base de su cotización para pensión es de $2.232.000 que corresponde al 40% del valor promedio mensual de la prestación de su servicio. Como consecuencia de lo anterior, en caso del fallecimiento de este médico su viuda y sus hijos percibirían una pensión promedio de $1.674.000, que se dividirá en 50% para la viuda o el viudo y el otro 50% para los hijos menores o mayores que dependieran del fallecido. Pero si no se califica como profesional la contingencia de su muerte, la pensión será en promedio de solo de $1.004.400.

    Si el fallecido fuese un o una fisioterapeuta, la pensión de sobrevivientes de origen laboral sería de $1.028.484, y de calificarse el origen como común, la pensión sería de 877.803, es decir, un salario mínimo. Si fallece un enfermero o enfermera, la pensión de origen laboral será de $1.033.560, de origen común será el mínimo leal vigente.

    Para auxiliares de enfermería y camillero, sin importar si el origen es laboral o común, la pensión será de $877.803, esto es, el salario mínimo legal mensual vigente. Estos valores puede variar en el caso de los médicos, enfermeros y fisioterapeutas, dependiendo de factores como la base de cotización y la cantidad de semanas que hayan cotizado, cuando la contingencia es de origen común. Lo anterior evidencia, en estos tiempos de crisis, la injusticia que desde la entrada en vigencia de la ley 100 de 1993 se viene cometiendo con los trabajadores y trabajadoras del sector público de la salud. Ellos han sacrificado sus condiciones salariales, prestacionales, de seguridad social y de vida, para evitar que los hospitales públicos desaparezcan.

    Por eso hoy, cuando están asumiendo el riesgo mayor frente a la pandemia, es necesario que todos reclamemos por las medidas necesarias para hacerles justicia, al menos en la remuneración de sus servicios, frente al riesgo que están enfrentando. Ha llegado la hora de dignificar el trabajo de los servidores de la salud, públicos y particulares, además de rezar para que el coronavirus sea superado sin sacrificar sus vidas por cuenta de la precariedad en la que nuestro sistema, hace años los tiene confinados.

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