Comentarios recientes

    Archivos

    Categorías

    Por los que no llegaron

    RODRIGO SOLARTE

    [email protected]

    Está por terminar el 2019. El siglo XXI continúa. Démosle calor y vida a tantos números que fríamente, sin nombres ni apellidos, llenan los informes de líderes, lideresas, guardias indígenas, excombatientes sin armas, esperanzados y comprometidos en planes y proyectos de vida, desplazados de sus territorios, niñas y niños, huérfanos, maltratados y hasta asesinados, a nombre de los Acuerdos de paz firmados y apoyados con la solidaridad cada día mayor y consciente, dentro y fuera del país.

    Una vez más, ahora con más claridad, resiliencia acumulada y decisión sobre las transformaciones necesarias, se constata, trasmite, reflexiona y analiza, la importancia de la educación histórica crítica como procesos, cuyas Memorias sobre causas, justificación, sacrificios, satisfacciones y consecuencias, renacen con más fuerza en los espíritus de quienes han padecido las violencias durante siglos, algo se han beneficiado materialmente, y las minorías privilegiadas, desarrolladoras de principios de vida y valores, centrados en el poder sobre la tierra, las riquezas, otros seres humanos, insolidaridad hasta con la difusión de la información, conocimientos, participación en la administración de los bienes colectivos proporcionados por la naturaleza, y de aportes conceptuales organizativos de la sociedad como el de DEMOCRACIA, interpretada privadamente en forma acomodaticia a sus intereses.

    Son escalofriantes las cifras de quienes ya no estarán físicamente en este 2020 y siguientes años. Escalofriante, quizá, también para el amplio espectro de victimarios, que van desde los llamados autores intelectuales parapetados en el poder económico y militar, nacional y mercenarios extranjeros principalmente, al observar la unidad que en la DIVERSIDAD DE VIDAS se continúan aglutinando para defenderla como PRIMER DERECHO HUMANO, físico, espiritual y ambiental de la especie en el planeta tierra.

    Se continuará globalizando la solidaridad. Las redes sociales deben ser un medio humanizado, si se quieren potenciar los efectos esperados de la educación para la formación integral y capacitación científica y técnica en las Instituciones que la construcción consciente de la PAZ para la convivencia con justicia social exige. Hoy obedecen más a los intereses de los propietarios que durante tanto tiempo se han beneficiado de las guerras y la ignorancia mantenida, más por creencias inducidas que por el conocimiento riguroso de las ciencias sociales y tradiciones culturales trasmitidas, por sus beneficios, de generación en generación.

    Es universalmente reconocida la riqueza natural y humana de América Latina. Las alternativas para la humanidad y sus múltiples crisis, tienen aquí su paraíso terrenal. Esta esquina de Suramérica llamada Colombia es una muestra representativa de tal diversidad. Próceres, sabios, heroínas, artistas, deportistas, literatos, poetas, pintores, creadores, narradores de la cotidianidad y esperanzas, defensores y cultivadores de la Madre tierra y sus vitales riquezas, nacen, crecen, aportan, sufren y dejan sus semillas que más temprano que tarde, crecerán hasta la madurez de sus frutos que cada generación acepta y se propone mejorar fraternal y patrióticamente.

    De todas y todos nosotros depende, que sea la muerte natural, no la inducida por intereses egoístas e injusticias, la que tengan en cuenta nuestros representantes en los gobiernos democráticamente elegidos para guiar con su ejemplo a comunidades, sociedad y familias.

    Muchos de los que no llegaron a este final del 2019, recordando los millones anteriores por genocidios, etnocidios, crímenes de Estado o ¨ falsos positivos¨, fueron víctimas de conciencias y voluntades malformadas por las guerras, y corrupción a todos los niveles.

    Salud, compromiso consciente y gracias a los lectores y críticos de columnas libres como esta en el Nuevo liberal de Popayán, cuya filosofía crítica y propositiva nos estimula a desearles, mayor participación en la renovación de esta Colombia soñadora y movilizada, por las fuerzas vivas que la conforman.