Plata para los mercados del coranavirus

GUILLERMO ALBERTO GONZÁLEZ MOSQUERA

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Los mercados para auxiliar a los pobres por la emergencia del Covid-19 son un remedio transitorio pero eficaz para miles de pobres que hoy padecen el hambre y la miseria en medio de la pandemia. Debemos afirmar, que el presidente Duque y su Ministro de Salud, han dado la cara y el país sabe lo que piensan ante el rigor de una peste que nos ha llevado a replantear muchas cosas en el terreno político, así como en las relaciones internacionales. No es aventurado afirmar que el mundo no será igual al de antes de la pandemia y debemos prepararnos para lo que pueda suceder.

Pero es el colmo que los facinerosos y truhanes, estén aprovechando los recursos para llenarse los bolsillos y querer sacar ventaja de la situación. El Contralor de la República, Felipe Córdoba, ha salido a los medios a anunciar medidas contra los bandidos que quieren escamotear los recursos públicos de los más pobres, representados en los mercados que el Gobierno y los ciudadanos de bien han destinado a aliviar la precaria situación de la mitad de la población Colombiana que ha visto en razón a la informalidad en que se debaten, que el coronavirus los afecta en sus ingresos de hambre. Pero no ha vuelto a aparecer el Doctor Córdoba con medidas efectivas y que no pueden aplazarse en contra de los rateros de turno. No puede ser que un asunto de tanta importancia se quede en los anuncios oficiales, como en el caso del Contralor, que no da razón de las medidas tomadas en contra de semejantes criminales. El Procurador y el Fiscal General tienen en esta ocasión la razón de reafirmar ante el país que son útiles para combatir la pandemia. Esa es su misión ahora, cuando cada centavo debe llegar a su destino sin dejar que se lo roben los avivatos de turno, que están dando muestras de que la corrupción existe, especialmente a los niveles regionales. Parecen no darse cuenta de una situación que clama acciones contra el mayor mal del país, como es la corrupción.

Decía Juan Lozano en su última columna que el mensaje debe ser ponerle freno a la corrupción, que ahora ofrece una oportunidad de oro para combatirla. Es imposible que no aprendamos la lección cuando hay un país que espera que sus ciudadanos cambien para darle oportunidad a los honestos.