¿Cauca territorio de paz?

OLMEDO GUACA TIMANÁ

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No, de ninguna manera. Con el que dijo Uribe se vino abajo todo o poco ganado con el proceso de paz. La no implementación de lo pactado en la Habana: Sustitución de cultivos ilícitos, reforma agraria, presencia del Estado en el tejido social del campo y de las familias vulnerables y demás aspectos no cumplidos porque primero había que hacer trizas el proceso, como lo van haciendo poco a poco y esta ausencia del Estado en los antiguos territorios dominados por las sanguinarias Farc hizo que fueran copados por otras bandas igual de sanguinarias, terroristas o peor como lo hemos visto con tristeza en estas dos semanas y lo peor es que no hay ministro de defensa, no hay quien mande y ordene el Deber Ser de nuestro ejército con autoridad, con firmeza y eficacia. Es así como estas bandas criminales porque no son disidentes, son simplemente bandas criminales sin alma que borran todo lo que se les atraviese a sangre y fuego a sus apetitos salvajes del narcotráfico, tanto de la coca como de la marihuana y la minería ilegal.

Como las comunidades indígenas defienden su territorio a falta de presencia del Estado, con sus bastones mientras las bestias entran, como le gusta a la Cabal y a palomita, matando sin clemencia, con fusiles, granadas, bombas y metras, pues es una situación totalmente desigual. Mientras nuestra Constitución Nacional establece que es deber del Estado velar por la vida, honra y bienes de los colombianos, lo cual es letra muerta en estas comunidades ancestrales, en las de Guapi, López de Micay, Buenaventura, municipios del norte del Cauca, para citar solo unas pocas. Pero parece que nuestro presidente antes de analizar este artículo leyó mal: que debe luchar por los venezolanos, por tumbar a Maduro, por el fraking, por matar tiburones, por quitar impuestos a los banqueros, empresarios y ponérselos a los de abajo. Por hacer reformas pensionales a favor de los dos monopolios y privatizar el fondo que queda de pensiones.

Esa es la realidad del estado de cosas y menos mal que poco a poco la sociedad va despertando y ya no come cuentos de castrochavismo porque se dieron cuenta que ya lo tenemos a la colombiana y los temores, cizañas, terrorismo verbal ya no calaron y eso mismo hizo efecto contrario: Se cansaron de tanto fastidio.

Volviendo a la funesta realidad de las masacres en territorios indígenas hay una disyuntiva de los indígenas, no permitir grupos armados de ninguna clase en sus territorios, incluyendo a nuestro ejército nacional, así tenga manzanas podridas a quienes les suena aún los falsos positivos. ¿Craso error no permitir la entrada de nuestros soldados?, Si. Porque es el ejército nacional, el cual no debe ser vetado en ninguna parte porque constitucionalmente es quien debe velar con sus armas, acciones y deberes las vida, la honra y los bienes de todos los colombianos y los indígenas, afros, mestizos y desteñidos somos todos colombianos, por lo tanto el ejército y los policías que le ponen el pecho hasta con sus vidas son los llamados a enfrentar este estado de cosas porque a los bárbaros hay que enfrentarlos con las mismas armas y no con el noble bastón de chonta en donde de seguir así no hay duda: seguirán las matanzas inmisericordes de indígenas, afros, mestizos y todo lo que para estos criminales conlleve la defensa de territorios y proceso de paz.

¿Entonces? No queda otra, ante esta cruda realidad de pérdidas de vidas inocentes, nobles, que entre autoridades indígenas y la autoridad nacional en cabeza del señor presidente o subpresidente como lo llaman y ojalá con un ministro de defensa aterrizado, con capacidad de leer la realidad y asumir su rol, de lo cual está muy lejos, deben concertar, llegar a acuerdos de cooperación, de complementación sin que esto indique que la autoridad indígena pierda su autoridad, su autonomía y territoriedad. Es URGENTE llegar a estos acuerdos, a concertaciones entre las dos autoridades y que nuestro ejército y policía muestren su capacidad, porque la tienen, de ponerle coto a este mal llamado territorio de paz.