Minga por la Semana Santa

12:02 pm 12-abril

RODRIGO SOLARTE

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No es difícil pronosticar, que uno de los temas para la semana católica de reflexión que se avecina, será la experiencia vivida, una vez más, en la vía Panamericana que une al suroccidente colombiano.

Histórica, cultural, religiosa, económica y sociológicamente, los participantes indígenas, campesinos, afrodescendientes, blancodescendientes o mestizos, del campo, cabeceras municipales y capital del Departamento del Cauca, que sufrieron y convivieron esta experiencia, han sido y son los mismos que por fe, tradición, curiosidad, vacaciones, turismo, negocio, rebusque y oportunidad de estar en familia, presencian o participan en las famosas procesiones de la Semana Santa de Popayán, patrimonio espiritual, cultural y oportunidad de vivir integralmente, memoria y proyección de tan importante conmemoración y oportunidad anual.

Los diferenciados efectos económicos, sociales y políticos, dada su articulación con estas y tantas festividades durante el año, afectan con diferente impacto, a los habitantes, participantes o no en estas manifestaciones de inconformidad y búsqueda de alternativas de mejoramiento a las condiciones de vida existentes, principalmente en el campo colombiano y caucano en particular.

La desigualdad material o económica, y espiritual, que incluye la religiosa en la sociedad humana, explica las diferenciadas motivaciones y efectos de procesos como los que estamos viviendo.

La promoción de las desigualdades, imposibilita el tratamiento y por consiguiente la prevención de su repetición.

El abordaje conceptual de este enfoque epidemiológico con efectos políticos, está mediado filosóficamente para lo natural, y teológicamente para lo sobrenatural o misterioso, relacionando ciencia y fe, existentes ambas en todo ser humano, creyente o no en la existencia de un ser superior que tranquilice conciencias, voluntades y hasta el ejercicio de la libertad de cada cual.

Al conocimiento también hay que hacerle minga para su abordaje interdisciplinar e intercultural, indispensable para estos tiempos polarizados en los cuales, los intereses materiales orientan la verdad de cada persona, decisiones y luchas consecuentes.

El todo, como superior a las partes que lo conforman, aplicado para su análisis a lo local y regional como Departamento del Cauca, trasciende los intereses de un solo sector social, por importante que sea. La peyorativa consideración cultural en el imaginario colectivo del ser ¨Indio¨, campesino, negro, ya riñe con la idea de dignidad, apropiada por la ¨ cultura blanca¨, inicial gestora del racismo, así la ciencia genética demuestre la unidad de los diferentes colores de piel.

Tierra, trabajo y techo ( tres T ) son derechos básicos para quien vive en el campo, necesitados hoy, al igual que el habitante de la ciudad, de semillas para el cultivo de alimentos sin agroquímicos tóxicos para la tierra, agua y los animales, que también aprovechan tal Casa común, como le llama el Papa Francisco en la Encíclica Laudato Sí.

La mayoría de los líderes en lo civil y religioso, articulan los mensajes a ciudadanos y fieles o seguidores, directa o virtualmente con contenidos similares o parecidos, recordando a su manera, mandamientos, pensamientos y actitudes como: no robar, no mentir, no matar, humildad, solidaridad, dignidad, igualdad ante Dios y la ley, no más cruces ni calvarios, dogmas, transformaciones y transiciones durante el proceso vital, deberes y derechos para la convivencia justa entre seres humanos etc.,etc.

Que en la semana de Paz-cua, después de esta semana de descanso y reflexión sobre la muerte y resurrección, del Jesús, católico y cristiano, mantengamos la memoria y compromiso con las víctimas, mártires y héroes de este largo proceso de guerra interna entre hermanos, convencidos de que solo la unidad en la normal diferencia, dialogada y consensuada, hará posible, el cumplimiento de derechos y deberes consecuentes, cuando la justicia y la paz, hagan parte de la cotidianidad, particular y general.