No soy abogado (me hubiera gustado serlo) lo cual me impide profundizar responsablemente en el tema jurídico. Soy ingeniero civil, lo que, quizás, me limita a un análisis pragmático de situaciones reales como la que deseo comentar:
Es inmensamente difícil administrar justicia en un país tan polarizado y politizado como este, donde las decisiones, en una institución -nada menos que la Fiscalía General de la Nación- no guardan respeto ni siquiera por principios elementales como el orden, la proporcionalidad y otros, fundamentales, en algo tan supremamente delicado como el derecho penal.
Creo que la privación de la libertad debe ser el último paso del proceso y la detención es donde debe concluir este, obviamente, si se determina la necesidad del castigo. No debe ser un hecho presente durante la investigación, dentro de la cual, se debe respetar la presunción de inocencia. Vale decir que la cárcel debe ser para los condenados exclusivamente. Para una mirada desde el público, la cárcel ya revoca la presunción de inocencia. Además, la detención preventiva solo se requiere cuando exista riesgo de entorpecer el proceso. ¿Pero en este caso, al cabo de 15 años?
Por supuesto, estoy haciendo referencia a la absurda detención del hoy gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa, arbitrariedad cometida por el Fiscal General, Francisco Barbosa, dentro de un proceso que tiene 15 años de recorrido, decisión que atropella muchas consideraciones jurídicas y que termina, por ejemplo, volviendo añicos la figura de la delegación para la suscripción de contratos, revuelve la responsabilidad de la vigilancia de la delegación, etc. Y la “espectaculariza” aún más, vinculando a los gobernadores siguientes, Ramos y Fajardo, en una especie de disparos con regadera, que han sembrado muchas dudas sobre las pretensiones reales de la Fiscalía y de manera innegable, causa estragos en la confianza teórica que debería existir en la majestad de la justicia y en la entidad fiscalizadora. Y fuera de esto, nada dice Barbosa sobre los fiscales que engavetaron durante ¡tres lustros! la investigación que, por supuesto, se les “enjuertó”
La situación tiene “alborotado el avispero” no solo político nacional, sino el de la opinión pública en general y obviamente a los entendidos en materia de Contratación y del Derecho Penal. Los gremios y la ciudadanía antioqueños le han dado un respaldo incondicional y unánime a su gobernador repitente, por considerarlo un hombre íntegro y administrador transparente y escrupuloso. Y, en contraste, recordemos que al posesionarse el doctor Barbosa, en una frase de ridícula y desmedida vanidad, en un reportaje con escenografía cinematográfica muy preconcebida, dijo que en él se “había escogido al mejor Fiscal de la historia” lo cual lo coloca, y sobre todo lo compromete, en la difícil tarea de demostrarlo; Creemos que este caso le ha traído al escritorio la oportunidad apropiada para ello.
Es perentorio, además, que, dados estos términos de drasticidad y contundencia que ha puesto sobre el caso el señor Fiscal General, actuar de manera equitativa, con mucha prontitud y similar contundencia, frente a otros procesos, si se quiere más graves o, por lo menos, más sonoros, como por ejemplo: La contratación de la máquina “tapahuecos” para las calles bogotanas; o la compra y alquiler de los carros de basura que están acumulando musgo en un lote a la salida de Bogotá, o por lo menos pronunciar algunas palabras sobre un “préstamo que le hizo un amigo (quien lo negó) a un alcalde capitalino, y cuyo “desembolso” -literalmente- se produjo desde una chuspa plástica y la difusión de la filmación del caso también conmovió fibras políticas muy delicadas del país. ¿O será que Petro le resultó inimputable?
Y así, hay infinidad de procesos en ese despacho, que llevan muy largas temporadas esperando siquiera ser desempolvados, en cualquiera de los diversos períodos de reinado de fiscales, por demás trascendentales, que han ocupado ese “trono”.
Este acuartelamiento de primer grado en que está el país, por una situación que parece una película de ciencia-ficción, nos ha permitido poner mucha atención a otras “películas” paralelas en las cuales se está sacudiendo mucho “aserrín” y muchas partículas de otro tipo de infecciones…