Los come mocos y el coronavirus
ÁLVARO JESÚS URBANO ROJAS
No hay nada más repugnante que echar de ver a un mucófago hurgarse la nariz para ingerir sus secreciones. Éste acto antihigiénico carente de elementales maneras de urbanidad y recato, lleva implícita una connotación negativa que produce asco. Cuando vemos a alguien hacerlo se nos revuelve el estómago, motivo por el cual instamos y reprendemos a nuestros niños para que no lo hagan. La mucofagia es una reacción conductual considerada por la medicina no patológica, por no tener connotación de perturbación alimentaria ni obsesivo-compulsiva.
Mucófagos los hay de todas las condiciones sociales y dignidades públicas, en el gobierno, en las empresas, entidades financieras, medios de comunicación e incluso, en el Congreso de la República, sorprendidos en flagrancia con fotos delatoras y sobre todo, los he visto conduciendo y usando el transporte público y en vehículos particulares, en horas de alta congestión vehicular, cuando ofuscados ante la luz roja del semáforo, hacen una concienzuda labor de sondeo nasal.
La nariz segrega moco para humedecerse y limpiarse. Los cilios son vellos microscópicos, que lo mueven a una velocidad media de 6 milímetros por minuto. Tiene un 95% de agua, un 3% de elementos orgánicos y 2% de minerales. Sus elementos orgánicos son: mucina, albúmina, encimas, aminoácidos y proteínas con interferones, utilizado para combatir virus, bacterias, parásitos y células tumorales. Las autoridades médicas chinas descubrieron que el Interferón contenido en el moco, es efectivo contra el coronavirus, pues su ingestión fortalece el sistema inmunológico.
Friedrich Bischinger, afamado neumólogo austríaco, afirma: “hurgarse la nariz, es saludable ya que el dedo llega a sitios inaccesibles al pañuelo y la nariz queda mucho más limpia”. ¡Hay de comerse la prueba del delito! dado que para el sistema inmune, la nariz es un filtro que recoge gran cantidad de bacterias, y cuando esa mezcla llega a los intestinos, actúa igual que un medicamento. La medicina moderna intenta constantemente lograr lo mismo a través de métodos mucho más complejos. La gente que se come los mocos obtiene una dosis natural para fortalecer su sistema inmune. Y es gratis.”
Una investigación, publicada por National Center for Biotechnology Information de Canadá, afirma que las secreciones nasales contienen mucinas salivales que forman una barrera contra las bacterias que provocan caries. Tras estas conclusiones, los investigadores quieren desarrollar una tecnología para crear mocos sintéticos en forma de chicle o de dentífrico.
El periódico británico ‘The Independent’, asegura tener pruebas científicas que la mucosa presente en las secreciones nasales son una defensa eficaz contra las úlceras estomacales. También sugiere que la sociedad debe deshacerse del estigma que rodea al acto de comer mocos y animarse a hacerlo con fruición. La nariz, es un filtro que concentra bacterias, los mocos son inmunizantes bacterianos, que ingeridos, funcionan como vacuna.
El otorrinolaringólogo, Joaquín Olmedo Paz Anaya, advierte no hay evidencia científica relevante sobre los beneficios de la mucofagia en seres humanos y lo considera un hábito inapropiado, además afirma que hurgarse la nariz puede provocar hemorragias, en ella el riego sanguíneo es abundante, hay cinco arterias en su parte delantera.
Este remedio natural arruinará a la industria farmacéutica. No sobra advertir, si la manipulación mediática lo incita a comer mocos, hágalo en la intimidad, porque aunque es saludable, afecta su reputación de persona virtuosa. Al hacerlo lávese las manos con buen jabón y cómalos con orgullo y sin escrúpulos, pues es mejor ser un repulsivo pero saludable “come mocos”, que terminar, como la canción de antaño, en un tétrico hospital postrado en su lecho yerto, cual piltrafa humana por causa del Coronavirus.
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