Los asentamientos del olvido en Popayán

Los asentamientos están construidos hace más de una década. / Imagen suministrada

Triunfaremos por La Paz, es uno de los cuatro asentamientos que concentran alrededor de 200 familias. La situación día a día es más complicada y se están buscando una solución para reubicar de manera definitiva a esta población que lleva 15 años entre pandillas, riñas, microtráfico y pobreza absoluta.

Un hombre entre 20 y 25 años de edad se ve tirado en la carretera. Chapalea en sangre. Tiene una herida en la cara y otra en el brazo izquierdo y se retuerce del dolor ante la mirada de un grupo de uniformados que busca cómo auxiliarlo y decenas de vecinos que murmuran alarmados ante la escena. Las versiones del hecho presentado el 31 de Mayo pasado, indican que el herido ingresó al sector a reclamar por el robo de una motocicleta, asesinó a otro joven y terminó agredido a machete, en varias oportunidades. Según la Policía Metropolitana, el homicidio y posterior agresión, fue producto de un choque de pandillas.

El mismo día, cerca de 120 personas realizaron un plantón al occidente de la ciudad y luego se tomaron las calles del sector histórico hasta llegar al parque Francisco José de Caldas, frente a las instalaciones de la Administración Municipal. ¿El motivo? La exigencia de una solución de vivienda.

“Son personas que viven en asentamientos construidos hace 15 años aproximadamente. Unos sitios poco habitables y en condiciones muy difíciles de vida, alrededor de aguas residuales. Además ellos han sido víctimas de incendios que solo han dejado destrucción y hasta pérdidas humanas. Eso ha generado indignación por eso el reclamo de una casa digna”, explicó en su momento, Jaidiver Ojeda, integrante del Congreso de los Pueblos, organización que acompaña las comunidades en movilización.

Aunque parezcan dos hechos aislados están relacionados. Parte de familias del asentamiento Triunfaremos por La Paz estaban ese día en la movilización frente a la Alcaldía y otra parte de ella, presenció la escalofriante agresión que dejó mal herido al joven. Un caso de violencia entre muchachos, que empuja a las comunidades de este sector a pedir una reubicación inmediata, afirmó Ojeda, por las constantes riñas de las pandillas en el lugar.

Otra de las razones según Jhon Jairo Calderón, integrante de ‘Red Podemos’, una organización que acompaña a los necesitados por vivienda, son las condiciones en las que viven desde hace más de una década. “El sueño de la gente es tener una vivienda digna pues habitan ranchos de 4 metros por 5 metros. Son ranchos en madera que tiene en un mismo sitio está la sala, la cocina, el baño y los dormitorios. Están expuestos a roedores e inundaciones, al estar construidos en inmediaciones de la quebrada Pubus”, explicó.

Historia de los asentamientos

Jhon Jairo Calderón es hijo de una mujer que ayudó en su momento, a liderar la lucha por una vivienda digna para personas en los años ochenta. En la actualidad no solamente es integrante de la Red Podemos sino que hace parte de la Corporación de Destechados, (Codesco) y asesora a seis asentamientos del municipio en la búsqueda de reubicación o legalización de sus terrenos. De los seis están Triunfaremos Por la paz, Primero de Febrero, Gustavo Restrepo y Juan Pablo Segundo, ubicados al occidente de Popayán. Más de 200 familias.

Calderón dice que en la historia de la ciudad hay dos grandes momentos donde se evidenció la existencia de nuevos asentamientos. El primero posterior al terremoto (1983) donde se conformaron alrededor de sesenta porque llegaron cientos de familias detrás de los apoyos del Gobierno Nacional a raíz de la catástrofe natural.

El segundo gran movimiento se da en el año 2000 donde se presentó un hecho anecdótico.

En su opinión, Popayán recibió muchas personas por el conflicto armado provenientes de varios municipios del Cauca. Uno de ellos fueron algunas familias provenientes de la Vega del Cauca, quienes decidieron tomarse unos terrenos de protección de la Quebrada Pubús, acción que se convirtió en una bola de nieve. “En menos de tres meses había cerca de 18 asentamientos. En su mayoría gente que llegó desplazada por el conflicto armado”, narró.

En esa lista están incluidos los asentamientos que hoy se movilizan en Popayán y realizan plantones a un lado del Banco de la República y entregan volantes en los semáforos, explicando las razones de su petición. Para el 2016, Calderón hace cuenta de al menos 32 asentamientos.

De acuerdo con el líder de la Oficina de Planeación de Popayán, Francisco León Zúñiga, en el municipio la cifra de déficit de vivienda para los estratos más bajos, está cercana a las 20 mil unidades. “Es producto de un tema de planificación debido a que no existe el suficiente suelo urbanizado para que las personas puedan acceder a este, en las mejores condiciones”, dijo el funcionario.

Sectores marginados piden un mejor futuro para esta nueva generación que crece en los ranchos de madera / Imagen suministrada

Zozobra

Una razón más que obliga a las comunidades de Triunfaremos por La Paz a pedir la reubicación es que están asentadas sobre un terreno que exige estar protegido por la Corporación Autónoma Regional del Cauca, entidad, según que ya hizo la petición de desalojo. Se suma un factor más y son las peleas entre pandillas y la venta de estupefacientes que han obligado a muchos a vivir entre los ranchos de expendio.

“Por seguridad ya no puedo vivir allí. Vivía hace más de 10 años y hace 4 años salí del barrio”, afirma Fabián Humberto Arboleda Villamil, quien fuera presidente de la Junta de Acción Comunal de Triunfaremos por La Paz.

Según el líder comunitario Arboleda Villamil, el microtráfico empezó por una sola persona y en su momento pasó desapercibido. “Fue un problema que avanzó en el 2005 y dos años más tarde, afectó de forma general a todos, dejando muertos, heridos y en los últimos años, hasta personas detenidas del mismo lugar”.

Aseguró también, Arboleda Villamil, que hay varios puntos de venta de expendio de drogas las 24 horas. Que incluso, “hay tres o cuatro ranchos donde llegan directamente a consumir, haga de cuenta un ‘Cartucho’ o un ‘Bronx’. Hablamos de unas bandas para el microtráfico que usan el sitio como caleta, roban motos y siguen dañando más jóvenes”.

El actual presidente de la Junta de Acción Comunal del asentamiento, Edilmo Buezaquillo, explicó que son como 10 diez familias que expenden esa droga. “Eso ya se sabe desde hace tiempos. La gente se ha acostumbrado a vivir así”. Por eso, el líder implora la reubicación de al menos 250 familias. Abordamos el tema de amenazas a las comunidades del lugar pero nadie quiso pronunciarse, parece un secreto a voces.

La Alcaldía

La nueva administración adelanta desde hace más de cuatro semanas reuniones con las pandillas de la zona. La última se realizó en el barrio Santo Domingo Sabio, ubicado en inmediaciones del sector y lugar de donde proviene uno de los grupos en confrontación.

El Alcalde César Cristian Gómez Castro argumentó que ambos problemas vienen de años atrás y recordó que hace unos días entregó un CAI móvil a la Policía del cuadrante y unas motocicletas para un control y recorrido permanente. Ha pedido apoyo al Ejército Nacional. Así mismo indicó que busca impulsar unos trabajos de apoyo social, deportivo y de emprendimiento pues encontró en los jóvenes de la zona, talento y habilidades pero falta más inversión.

“Yo llego con mucho entusiasmo de mi recorrido y de mis gestiones (por fuera de la ciudad) porque pude firmar el convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el operador Findeter; y ahí tendremos unos recursos para poder construir vivienda”, manifestó Gómez Castro.

Los recursos de los que habla el Alcalde hacen parte de unas contrapartidas con las entidades ya nombradas y el Gobierno Nacional, Cooperación Internacional y recursos propios. Parte de ese dinero, según explicó Gómez, permitirán por un lado “reubicar a estas personas (que exigen vivienda digna)” y por el otro, dignificar la vida y orientar el futuro de “estos jóvenes que de 10 y 12 años, hoy andan armados”.