Jazmín Muñoz Yela
Dicen que el amor todo lo puede y todo lo supera, y bueno, esa frase en tiempos de pandemia cobra mayor relevancia, porque las circunstancias que vivimos en la actualidad hacen que muchas relaciones flaqueen y muchas promesas se pongan a prueba.
Pero son muchos los que le apuestan al amor y la muestra de ello son Diana y Luis, una joven pareja que contrajo matrimonio, y que sin tener certeza de lo que depare el futuro, saben que lo quieren afrontarán juntos.
Nueve años atrás se conocieron; durante los dos primeros años mantuvieron una relación de noviazgo tradicional, conocerse, comprenderse y apoyarse. Dos años más adelante decidieron compartir su vida juntos.
Y es que la forma de afrontar los compromisos ha cambiado, ahora primero se convive y después se decide si se quiere compartir el resto de sus días, y ellos ya pasaron la prueba.
Pasados dos años empezaron a planear tener su primer bebé y poco tiempo después llegó Antonela, una dulce niña que lleva consigo los rasgos físicos de la mamá; bella y dadivosa, pero con la personalidad divertida y sociable del papá. Ella fue la primera prueba de que su hogar empezaba a forjar lazos fuertes.
El trabajo en equipo hizo que la economía y la formación profesional de ambos creciera; él como Ingeniero Civil y ella como estudiante de Administración de Empresas, nutrían cada día de sus vidas. Eso sí con la fe puesta en Dios y con el anhelo de lograr en compañía de Él cosas grandes para su familia.
Luis es de esos hombres que le gustan las familias numerosas por ello le dijo a Diana que le trajeran el hermanito a Antonela y se dieron a la tarea. Un mes después de saber que su segundo hijo venía en camino y agradecidos por todo lo recibido, fueron a visitar el Santuario del Señor de Los Milagros en Buga. Ahí Luis le pidió a Diana que se casaran y ella le dijo que sí, pero como su nuevo bebé ya se formaba en el vientre de ella, dijeron que, cuando él tuviera un año se casarían, una promesa que se hicieron en el altar del Santuario.
Entre la promesa de matrimonio y el primer cumpleaños de Jerónimo se presentaron varias situaciones económicas y emocionales que harían creer que aquella promesa nadie la recordaba. Pero no fue así, como toda pareja que enfrenta dificultades ellos decidieron no rendirse y continuar su camino juntos, pues ahora ya no se velaba por el bienestar de ellos dos, sino de los dos pequeños que habían planeado llenos de amor y que hoy por hoy, aceptan que la mejor decisión que han tomado, fue traerlos al mundo.
Antes de que en Colombia la pandemia tomara tanta fuerza, Luis le recordó la promesa, le pusieron fecha exacta a la boda y ahora si a organizar un matrimonio, pero la cuarentena, el aislamiento, las normas de bioseguridad y todo lo que ha traído consigo la pandemia, los hizo modificar un poco la decisión, casarse por lo civil para cumplir la promesa hecha al Altísimo de Buga y apenas sea posible, apenas tengan la posibilidad de casarse en una iglesia junto a todos sus familiares y amigos, entonces ante un padre se darán ese anhelado sí, que ayer se dieron ante un notario.
Felicitaciones a Luis y Diana, por seguir creyendo en lo bueno y lo bonito en medio de la adversidad, en este caso llamado pandemia.