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    La opinión extraviada

    NELSON EDUARDO PAZ ANAYA

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    Las últimas manifestaciones políticas en el Cauca, a través de las convocatorias electorales, con cantidades significativas de votos por partidos alternativos, las marchas cívicas, las huelgas, las protestas públicas, las manifestaciones de comunidades negras, las movilizaciones campesinas, las huelgas, la suspensión de clases del magisterio, la minga indígena, y aun el taponamiento de la vía panamericana, se interpretaron como la materialización del reproche de este territorio.

    La violencia en campos y ciudades, la presencia de diversos actores violentos, las debilidades en el sector productivo agropecuario, la pobreza presentada por el DANE en sus más crudas realidades, la muerte de líderes sociales y políticos, crean una situación de incertidumbre total, que agota la política tradicional, dando paso a nuevas acciones políticas.

    Sin embargó, el aparato ideológico del sistema distrae mediante la publicidad focalizada a habitantes expectantes de soluciones pendientes, la promesa incluida en mensajes repetidos logran crear la sensación de aceptación y respaldo, conseguido con inversiones cuantiosas en los medios de comunicación, vallas y otros sofisticados aparatos publicitarios.

    No tienen los partidos políticos alternativos y todas las llamadas organizaciones sociales, la fortaleza para superar estas estrategias de distracción; tampoco lo étnico, ni lo regional, poco importan las relaciones de personajes con dudosas actuaciones, vinculados a determinados movimientos políticos, basta el vuelo de una mariposa para armar una tempestad, retroceder los procesos y volver a las mañas clientelistas del Cauca.

    Las clases medias, los sectores populares, rurales y urbanos, sujetos de todas las cargas impositivas del estado, sometidos a los precios más caros del mercado, en permanente incertidumbre laboral, sin seguridad social, confundidos en un remolino de frustraciones y esperanzas, en muchos casos en actitudes de apariencias que les son imposible sostener, en un medio inequitativo e injusto, iguales pendientes de los engaños.

    Donde está la contundencia del discurso alternativo, donde la filosofía de muchas organizaciones sociales, donde la membrecía que unió al cauca para las emociones de la Colombia Humana, y también donde las que se expresaron a través del partido Centro Democrático, al parecer igual se pierden en el laberinto estratégico de los partidos tradicionales en el condicionante de los famosos bósales de los avales, que funcionan como los grillos de las peores dictaduras.

    A la sociología política, escapa el análisis del como los fenómenos locales, el conflicto del barrio o la vereda, el asunto tradicional del sectarismo, los vínculos familiares, el interés burocrático y muchas otras minucias, siguen interviniendo en los procesos electorales, por tanto, en las decisiones y en los resultados de la gestión pública, algo habrá que hacer para corregir el rumbo.

    No recogen las campañas electorales, por tanto, los elementos para diagnósticos objetivos de los problemas locales, tampoco en un marco regional o nacional, juegan más las emociones creadas en muchas ocasiones de manera artificial, poco cuentan las estadísticas, y se presiona con argumentaciones que poco aportan como las denominadas alianzas o adhesiones.

    No marco un verdadero interés en la dirección nacional de la Colombia Humana, el departamento del Cauca, extraña actitud porque se integró al parecer con un sentimiento del sur occidente Colombiano, vinculado a la costa del Pacifico, a una porción del País, con características muy similares, pero más allá del discurso nada ha pasado, pero bueno, no es mucha la diferencia con la posición del Centro Democrático.

    Que haya sectores políticos perdidos en el laberinto de sus intereses como el del señor John Jairo Cárdenas, poco importa, lo que sí es grave se da en las organizaciones sociales, es que el conflicto social, la lucha por la reivindicación siempre estará, la contradicción será permanente, el lio será cuando se señalen las responsabilidades, cuando se requiera la solidaridad y nadie aparezca, porque cuando se necesitaron no estaban. El cauca, requiere una profunda discusión desde el espacio de las organizaciones sociales.

    Pero estas cosas, dicen siempre suceden, lo grave es que las organizaciones enmarcadas en el rotulo de lo social, anden por allí vendiendo la confianza de las comunidades, por cualquier baratija, porque asi venden al Cauca.

    Las últimas declaraciones, de un candidato a la gobernación del Cauca, respecto a recursos de narcotráfico con un empresario, requieren un pronunciamiento de los gremios, organización tan presta a hacerlo cuando se trata de los indios.