07/30/2020

El Nuevo Liberal

Haciendo ciudadanía

Inocencia Vs. decencia

OLMEDO GUACA TIMANÁ

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“Nadie puede ser condenado hasta que se compruebe su inocencia”, es el juego de palabras dentro de nuestro susodicho Estado de derecho. Con esta leguleyada ronda cualquier cantidad de tipos mafiosos, asesinos, paracos, narcos, chuzadores, despojadores de tierras con motosierra, corruptos, falsificadores con pinta de abogados o abogansters, como se autoproclamó uno de los abogados de Uribe, pululan de congresistas, de alcaldes, de gobernadores, de diputados, de concejales, de asesores, de ministros, de diplomáticos y de toda la nauseabunda burocracia para lo cual si hay plata menos para lo que se necesita.

Esta triste presunción de inocencia es aprovechada por vándalos de cuello blanco para adquirir el poder político, económico, administrativo y otros. Veamos el caso Arturo Char, congresista con más de cien faltas, legales, al congreso. El campeón del ausentismo, un mal ejemplo para la sociedad, pero muy rico y poderoso con un clan que a su antojo pone alcaldes, gobernadores, ministros y presidentes. Como si fuera poco, inmerso en investigaciones sobre delitos electorales, con fuga de presos, entre otros, pero como se debe presumir su inocencia hasta que se le demuestre lo contrario, algo que jamás pasará porque tiene en sus bolsillos el poder fiscal, político y económico: no pasará nada como no pasará nada con expresidentes, congresistas y demás vándalos de alto turmequé con cientos de investigaciones pero tampoco pasará nada. Esto ya lo sabemos los colombianos.

Volviendo al caso Char, algo habrá que hacerse en lo legislativo porque este choque entre la presunción de inocencia pulveriza la decencia. La presunción de inocencia está masacrando la decencia. La presunción de inocencia se ha tornado en el instrumento más corrupto para ejercer cargos y toda clase de poder. Es hora de que se legisle sobre lo mínimo, como decía el intelectual Alvaro Gómez Hurtado: sobre lo fundamental. Para bien de Colombia, la débil democracia y un sentido de moral y ética lo mínimo que se pide es decencia desde el poder más bajo hasta el más alto y sus protagonistas. Es urgente legislar sobre la decencia y que todo sujeto llamado a cargos públicos con el solo hecho de tener una investigación, una nota, algo sobre la ética y la moral, primeramente se demuestre su inocencia luego siga la politiquería.

Pero no, estamos ante lo más sucio, los partidos Liberal, Centro Democrático, al cual no se le puede pedir ética ni moral, el partido conservador que siempre ha estado al mejor postor, el partido de la U, pasaron por encima de la decencia y a sabiendas que Char no era el mejor por ausentista, por estar involucrado en todo lo demás que es de público conocimiento, mostraron que son partidos o empresas políticas para decir las cosas claras, sin decencia, sin mortal, sin ética. No les importó la decencia para un bollo sino cumplir con los pactos que más parecen del mismo diablo que políticos.

Unos partidos con ética, con moral y con decencia, hubieran escogido a otro que no estuviera en este plano de la presunción de sus posibles delitos y que son bastantes. Este claro y negro mensaje de los partidos en donde para nada les interesa la moral, la ética ni la decencia, nos dicen que ser pillo paga y que la decencia para ellos no les importa. Entonces, ¿qué nos espera a los colombianos con estos cómplices sin moral, ni ética, ni decencia?, ¿Qué mensaje y ejemplo están dando estos partidos politiqueros a las futuras generaciones?

Los votantes también tienen su responsabilidad ética, moral y de conciencia. Mientras haya plata para comprar votos y haya quien los venda, mandándonos a la boñiga en cada elección, deberemos seguir con estos inmorales e indecentes, haciendo de las suyas mientras se compruebe su inocencia, por lo tanto es urgente deslindar la inocencia de la decencia.

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