Inconsistencias del plan de desarrollo ‘Creo en Popayán’
ÁLVARO JESÚS URBANO ROJAS
El Plan de Desarrollo “Creo en Popayán” carta de navegación para administrar la ciudad durante el próximo cuatrienio en su estructura básica es más demagógico que técnico, tiene una desconexión profunda entre todas sus partes, diagnósticos muy ligeros, programas muy vagos que bajan a indicadores que no necesariamente están relacionados con el diagnóstico y unas metas que son inalcanzables ante la realidad fiscal del municipio de Popayán. Una ciudad en crisis con un gran déficit fiscal que se debate entre la insolvencia y la restructuración forzosa.
El soporte financiero es impreciso en sus fuentes de provisión para garantizar los $ 2.708.073.000.000 (2.7 billones), requeridos para ejecutar los programas del Plan de Desarrollo “Creo en Popayán 2020–2023”. La realidad financiera según las proyecciones del Marco Fiscal de Mediano Plazo vigente para el municipio, no garantiza ingresos efectivos por más $1.612.979.000.000 (1.6 billones) constituidos por recursos propios, recursos del Sistema General de Participaciones, del Sistema General de Regalías y de los aportes de la Nación. Esto sin tener en cuenta las disminuciones por efectos de la emergencia sanitaria, reducción estimada en más del 22% de los recaudos tributarios y otras rentas fiscales y parafiscales, como también la precaria capacidad de endeudamiento por causa del pago de las condenas judiciales en firme y la atención al servicio de la deuda por obligaciones adquiridas en la administración anterior para infraestructura, sistema estratégico de transporte público, galerías y obras complementarias. Así como la amortización del pasivo pensional y las reservas para atender el proceso litigioso con los comerciantes del Centro Comercial Anarkos.
El proyecto radicado ante el Concejo es débil metodológicamente, de su lectura juiciosa puede cualquier neófito dilucidar que es un compendio desarticulado de información estadística; no consulta ni interpreta el momento que estamos viviendo de recesión económica, desempleo generalizado, cierre de negocios, liquidación de empresas, desestabilización del mercado inmobiliario, detrimento patrimonial de la cadena de valor en la prestación de servicios y venta de productos, inseguridad, violencia y pobreza generalizada, imposibilidad de pago de impuestos y exageradas tarifas en los servicios de aseo y energía eléctrica.
Hay inconsistencia en la identificación del problema, en los datos que lo sustentan y en el cómo se resolverá la problemática de la recesión y el estancamiento económico y social de la ciudad. La formulación del problema no se relaciona con el planteamiento de las soluciones, pues sólo se refiere a programas y no a proyectos. El proyecto es la mínima expresión de la planeación y es operativamente necesario para formular los planes de acción y el plan operativo anual de inversiones, su falsa motivación y formulación lo dejará a la deriva pues será imposible evaluarlo y ejercer de manera efectiva el control político y social.
El Plan enuncia de manera soslayada la pandemia, pero no la considera el centro del debate, menosprecia sus implicaciones en los próximos cuatro años y no se ocupa de la restructuración del Sistema de Salud Pública, inoperante y corrupto, tampoco contiene en sus líneas estratégicas la modernización y tecnificación del Hospital Universitario San José como Empresa Social del estado, dispuesta para el cuarto nivel de atención, ante la obsolescencia de medios de diagnóstico y de tratamiento requeridos para afrontar patologías terminales o de alta complejidad, ni hace justicia con la contratación laboral y las remuneraciones dignas para los profesionales de la salud.
El Plan de Desarrollo tal como está concebido viola el principio de la Homeostasis Presupuestal del Decreto 111 de 1996, ignora el impacto de la pandemia en el decrecimiento de las rentas, no es congruente con el Marco Fiscal del presupuesto de rentas, desconoce la totalidad de los créditos adicionales y el crecimiento de la economía, generando un desequilibrio macroeconómico de graves consecuencias; función radicada exclusivamente en cabeza del Alcalde, en su calidad de director y gestor de la política económica y fiscal del municipio, quien debe liderar el alcance de las metas y definir las prioridades del Plan de Desarrollo.
Es cierto que el proyecto radicado ante el Concejo Municipal fue concertado con las comunidades, pero hoy las prioridades son otras. El ajuste al Plan de Desarrollo debe ser un proceso resiliente, teniendo como tal, la capacidad que tiene una entidad de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro, hoy la ciudad es distinta y las necesidades son otras, lo que requiere de mucha imaginación, creatividad, solidaridad y compromiso social. No hay virus más letal que la vanidad, el engaño y la mentira. Alcalde Yo creo en Popayán, no nos defraude.
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