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    Incertidumbres y alternativas

    RODRIGO SOLARTE

     Pediatra

    [email protected]

    Para los colombianos, una más de las preocupaciones en el 2018, es lo que suceda en las elecciones parlamentarias y para la presidencia. Deseamos que los abstencionistas y la juventud, también lo estén, igual que las colombianas, mayoritaria población en el censo que se está actualizando y cualitativamente más conscientes de sus derechos y deberes.

    Las incertidumbres y alternativas van desde lo personal hasta lo social o POLITICO participativo de los ciudadanos.

    Todos tenemos derecho a la vida, desde la concepción en el vientre materno hasta la muerte, en cualquier parte del universo donde nos toque. Así debería ser como derecho humano que es.

    Hoy, a la infancia, que comienza a desarrollar ese ser social desde la familia, o el núcleo humano que motiva y estimula tal aprendizaje, la llamamos, pre-ciudadanía, término acuñado por la Pediatría social. Deberían ser los únicos privilegiados de la especie, pues son su renovación permanente, de cuya salud integral, esto es, material y espiritual, dependerá la sociedad que su presencia, al crecer y desarrollarse, conforme.

    El hecho de vivir en sociedad nos hace seres políticos, participemos o no de las decisiones que tomen, quienes hemos elegido para representarnos. Es la delegación de nuestros derechos ciudadanos que hemos estado haciendo tradicionalmente los días de elecciones.

    La no participación consciente y comprometida en ellas, nos hace cómplices o actores de lo que suceda a todos, en ese período, y la cultura que se cree al respecto.

    Ante el aprovechamiento individual de quienes elegimos para organizar, administrar economía, producción, industria, salud, educación, salarios, vivienda, propiedad, leyes, riquezas naturales, relaciones humanas de justicia y solidaridad, relación con otros países etc., tal representación se ha ido desprestigiando ante los electores y demás conciudadanos.

    La cultura individual, adquirida por cada ser, degeneró en egoísmo, y el consumo de lo alimenticio básico y elementos creados por su inteligencia y creatividad para comodidad y humanización del tiempo de trabajo y descanso, en consumismo, términos contrarios a los de equidad y consumo racional para compartir como producción social que es, así sean unos pocos los inventores o aplicadores de lo que aprenden con la naturaleza, madre de tantos misterios, ciencia y técnica, que la presencia de mujeres y hombres sobre la tierra, hemos ido descubriendo y aprovechando para el beneficio de todos.

    La anterior conceptualización, producto histórico del intelecto humano, contrasta con el de otros, también seres humanos, que imaginan o aceptan un ser superior, como explicación de todo lo creado, incluyendo la vida humana y su proceso entre el nacer, morir y la eternidad.

    La filosofía y la teología son disciplinas que estudian e investigan esta parte del todo, físico y metafísico, presentes en el ser espiritual y material de todos los terrícolas.

    La nueva ciudadanía que se requiere para este cambio de época, implícita en los diálogos y acuerdos en proceso, debe superar el reflejo mecánico de salir a votar el día de las elecciones. Esta tradición fue cultivada por la politiquería y el clientelismo, que llevó a deformar la democracia representativa, cuya simbología en los partidos tradicionales se sigue deteriorando, por el poco interés con la problemática cotidiana que afecta a las grandes mayorías de mujeres y hombres.

    Las sociedades evolucionan con diferentes liderazgos que las condiciones de vida y experiencias van gestando.

    Colombia como país de regiones, y estas con la diversidad étnica, cultural y de experiencias, tanto de lucha armada como de construcción de convivencia pacífica, demostrará progresivamente, todo su potencial humano y biodiverso, para transformar procesos de incertidumbre por las tradiciones violentas prevalentes, hasta construir alternativas viables en cada región, buscando la unidad en la diversidad existente del país, tanto en lo ecológico como en lo sociocultural y político, también en transformación.

    El proceso mayor y subprocesos en campos y ciudades, continuaran con la resiliencia o resistencia transformadora experimentada durante tantos años de guerra, contando con la voluntad, decisión y solidaridad, cada día mayor, de los menos contaminados por la corrupción y menosprecio a los demás.

    Individual, familiar, grupal, regional y colectivamente, hagamos del diálogo sincero, más personal que por las redes virtuales, la mejor manera de compartir incertidumbres y encontrar alternativas, a este proceso electoral, sus consecuencias y el o los procesos a continuar como colombianas y colombianos, comprometidos con el presente y futuro de nuestro país.