Grandes expectativas

JORGE ALONSO RUIZ MORALES

@kemistry09

El miércoles pasado en la tarde tuvimos partido de fútbol; aquí en Colombia todos estábamos pendientes de si ganábamos, si perdíamos, yo me serví un tinto delicioso, me quité los zapatos, estuve viendo el segundo tiempo porque me perdí el primero y luego vino un gol. Excelente. No puedo evitar contagiarme de la fiebre del fútbol, es un muy buen plan. Claro, el exceso de partidos y perderme otra actividad por estar pegado de la pantalla, gritar groserías, reunirme con un poco de trogloditas y creer que el fútbol está por encima de todo ahí sí pues no, pero ver de vez en cuando está bien. Yo estaba muy seguro haciéndome el entendido cuando mi hija me preguntó por qué si la copa se llamaba copa América, porqué es que estaba jugando un país tan lejano como Catar.

Yo lancé respuestas al aire, como argumentar que probablemente ese país había sido anfitrión antes, que había tres beneficios socioeconómicos entre las naciones americanas y ese país, no sé. Luego me devolvieron otra pregunta: ¿por qué también jugó Japón? Ahí sí no supe qué decir, ¿no era probable que fuera un error? ¿La copa América? ¿Será que es como el Oktober Fest que no es en octubre?




Luego me tocó meterme a google y averigüé que siempre invitan a dos países diferentes, a manera de fraternidad. Supongo en otros años invitaron a Islandia o a Jordania, ni idea, no averigüé más pero quedé con la duda resuelta. Luego el partido acabó, muy chévere pero ya, no sé quién metió el gol, solo sé the big picture y solo sé que gocé, es lo que importa. Dejémosle los tecnicismos futbolísticos y balompédicos a los demás.

Ahora viene el fin de semana. El viernes en la mañana se reunió el Banco de la República, en estos días había hablado el de la Fed en Estados Unidos, también había hablado el del Banco Central Europeo, siempre nacen y siempre se derrumban expectativas, todas medidas por medio de los precios y de las tasas. Mi expectativa es mezclar mucha música, leer muchos libros y verme X-men Dark Phoenix. Sí, con ellas.

Las expectativas más sencillas son en últimas las más grandes.