Ganar no es suficiente

Richard Fredy MUÑOZPor: Richard Fredy Muñoz
Twitter: @RichardFredyM gpswebtv.com

El país está polarizado. Familias, amigos, partidos políticos, vertientes, comunidades religiosas, universidades y gremios enteros, se encuentran en estos días, divorciados por cuenta de la decisión a favor o en contra del plebiscito.

De allí, que ganar, no será suficiente. Las peleas partidistas han dejado heridas abiertas y son varios los episodios donde se pasó de las diferencias políticas a las ofensas y a la intolerancia por parte de ambos bandos.

No deja de sonar paradójico que esta beligerancia ocurra en torno a temas como la reconciliación, la paz y el perdón.

De allí la premisa: ‘ganar, no será suficiente’. El plebiscito requiere de una mayoría impetuosa para que la negociación que abre la página a una nueva época desconocida para los ciudadanos, tenga fundamentos sólidos.
Como era de esperar, en un país con arraigada tradición de violencia, el camino hacia el fin de conflicto ha sido agreste. ¿Y quién dijo que sería fácil? Los ánimos están exacerbados y las multitudes marchan vociferantes demoliendo los argumentos de sus contrarios.

Por ese motivo, de ganar el Sí, y eso espero, necesitamos una mayoría determinante, que no deje lugar a dudas sobre la ruta que elegimos los colombianos.

En dos semanas proclamaremos ‘No más Farc’, y optaremos por la vía de la fundición de las armas y la apertura de espacios políticos.

El 2 de octubre el Sí debe ser aplastante. De otra manera la polarización continuará y los del No se llenarán de motivos para acrecentar la división de la nación.

El apoyo a los acuerdos de la Habana debe ser contundente. Es imperante salir a las urnas y sentar nuestra posición en defensa del fin del conflicto para que cesen las víctimas representadas en su mayoría por los de menos recursos.

Así dejaremos atrás esta patria boba donde fue necesario elevar a consulta popular una pregunta que en otros países se consideraría ‘de sobra’: ¿Está usted de acuerdo con el fin de la guerra?

Sin embargo, a algunos nos preocupa que la oleada de encuestas donde el Sí se registra avasallador termine en contra nuestra. Muchos ciudadanos convencidos del Sí podrían optar por quedarse confiados en sus casas, seguros de que ya todo está ganado.

Nada más peligroso. Acaba de pasarles con el ‘Brexit’ a los británicos que solo dimensionaron las consecuencias de la separación de la Unión Europea cuando era demasiado tarde y habían sido derrotados en las urnas.

Cada voto vale y en este caso, cuando se trata es poner fin a la guerra contra las Farc, ese precio es incalculable.

¿Qué va a pasar el 3 de octubre, al día siguiente del plebiscito? Tendremos dos opciones: despertar con un país fraccionado y roto con la incertidumbre por los efectos de haberle dicho No a una salida pacífica para la guerra más vieja del continente, o por el contrario, levantarnos expectantes ante las posibilidades de desarrollo interno y hacia el exterior, confiados en que la decisión de abatir la violencia generada por este grupo guerrillero, fue la mejor.