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    Fotoreportaje: Fiambre y avío

    Por Alexander Paloma

    Reportero Gráfico

    El Nuevo Liberal

    El alimento comprado para llevar en recipientes desechables es la nueva presentación de lo que en épocas de antaño serían los fiambres embútelos en hojas de plátano.

    Entre las palabras que comúnmente se encuentran en el léxico colombiano y en especial en el de la gente del campo y antiguamente en los arrieros, el fiambre y el avío eran muy frecuentes escucharlas cuando se referían a las raciones de alimentos que llevaban para las largas jornadas de trabajo, que eventualmente les tocaba a unas extensas distancias a pie o a caballo de sus casas.

    Son palabras que para los que habitan las grandes urbes puede llegar a sonar sin sentido, pero que para la cotidianidad de la gente con antepasados cercanos al campo, entiende que se trata de alimento.

    Fiambre es el término que se le da a una ración de carne que después de asada, cosida o curada se conserva durante un gran tiempo y se puede consumir fría; en la cotidianidad de las personas de las zonas rurales ese término se masifico relacionándolo al alimento llevado al lugar de trabajo.

    Avío es una ración de alimento que se lleva al lugar de trabajo cuando se provee que se perdurara mucho tiempo fuera de casa, actualmente se guarda en un recipiente que lo conserva en buenas condiciones hasta el momento de consumirlo; antiguamente en el campo era común la utilización de hojas de plátano ahumadas como envoltorio.

    Como no se ha dado vía libre a los restaurantes para abrir las puertas al público las personas están recurriendo a almorzar en las calles o parques, son dificultades expuestas durante la cuarentena que tienen que sufrir quienes tienen que trabajan en medio de la crisis.

    Hay quienes no tienen la alternativa de llevar su avío al trabajo y recurren a la compra de alimentos para llevar y sin complicaciones se disponen a comer donde mejor puedan.

    Cuando las familias dependen de un sueldo por parte de alguno de los miembros del núcleo familiar, cualquier sacrificio que sea necesario hacer para maximizar los recursos de la casa no se descarta, y para ello la persona que prepara el alimento saben cómo sincronizar los tiempos y las distancias.

    Tal como sucede en el campo, en la ciudad las personas recuren a algunos familiares para llevar el fiambre al lugar de trabajo, y hoy como nunca, ahorrar cualquier recurso es clave para afrontar la crisis de la pandemia, pues cinco almuerzos corrientes entre semana en un restaurante equivalen al mes a $100.000 aproximadamente.

    Las jornadas de trabajo en horarios continuos ejercidas por algunos profesionales de las alturas que embellecen las fachadas coloniales de Popayán no dan tiempo de ir hasta sus moradas, por lo tanto, se les puede ver haciendo un receso para descansar y reponer la energía con su avío llevado de casa.