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    En plena cosecha

    SEBASTIÁN SILVA IRAGORRI

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    Una de las Instituciones más respetables en Colombia por su organización, innovación, confiabilidad, es la Federación Nacional de Cafeteros y todo lo que tenga que ver con sus entidades, sus políticas, sus investigaciones y sus obras. Ojalá existieran en Colombia muchas más Instituciones con esa credibilidad. En plena traviesa nacional y en cosecha principal en Nariño, Huila, Cundinamarca y nuestro Cauca, hay una gran expectativa sobre el comportamiento de todos los componentes relativos a la recolección de café, producción, cobertura y valor en plena pandemia del Covid 19. La mayoría de analistas sostienen que la producción nacional se mantendrá en 14 millones de sacos. En el Cauca se espera que esté cercana a un millón doscientos mil sacos con un valor de 1 billón de pesos y con el empuje que siempre dan los Municipios más productores como El Tambo, Piendamó y Morales. Todo esto es muy meritorio por la grave situación de violencia que afronta nuestro Departamento y por la crisis producida por el virus en todos los sectores de la economía nacional. Creo que todo se debe a la excelente organización de los Cafeteros que les permite continuar una cosecha con protocolos muy bien definidos y estrictos. La recolección la harán los trabajadores permanentes de las fincas y vecinos y será muy difícil el traslado de personal.

    Conversando con varios amigos sobre estos temas y sobre los problemas del Cauca, uno de ellos, Victorio Garrido, sugirió la posibilidad de subsidiar con mejores precios la producción de café en las zonas caucanas de mayor violencia como Argelia, Balboa, el Tambo y otras más plenamente identificadas. Me parece del mayor interés esta idea y de elemental lógica. Si se estimula con un precio especial a ciertas regiones orientado a la siembra de café es muy posible que muchos abandonen sus siembras ilícitas y aumenten la lista de productores de café. Además esas regiones han sido cafeteras siempre y con gran esfuerzo mantienen su producción pero podrían aumentarla. El Gobierno Nacional podría escalar esos nuevos subsidios al café de tal manera que fuera cada vez más atractivo. Con la gran organización que tienen los Cafeteros esta política podría desarrollarse y sería un piloto de la mayor importancia en la política de sustitución de cultivos.

    En el Cauca soplan buenos vientos hacia el futuro del café y este podría convertirse en el verdadero motor de la paz. Se está trabajando en productividad con tecnologías para reducir los costos de producción y afianzar las cadenas productivas. Se estimulan las alianzas comerciales y se motiva a la juventud para obtener el relevo generacional con una sana alternativa de vida que cada vez sea más rentable. Ya hay organizaciones de jóvenes, emprendimientos, calidad, valor agregado, que despiertan el optimismo por un mejor futuro cafetero. Además el plan «Cosecha segura» produce un gran impulso y seguridad con sus protocolos y organización.

    Si a pesar de las dificultades de hoy se logra una recolección ordenada y una producción acorde a los últimos años no sólo Colombia sino el Cauca estarán demostrando la vigencia del café en nuestra vida económica y social y dándonos una señal de esperanza y paz en la salida de esta grave crisis. Todas no pueden ser malas noticias, apoyemos a los cafeteros que con innovación y estímulos continuarán siendo el sostén de más de 500.000 familias en Colombia con una clara muestra de calidad y competencia en los mercados mundiales. Calidad y valor agregado y el empuje de la juventud nos hacen creer en un País cafetero avanzando hacia mejores metas de progreso, justicia y equidad.