Elsa Cecilia Mendoza de Ceballos

Elsa Cecilia Mendoza de Ceballos.

Por: Yazmín Muñoz Cárdenas

Magister en estudios internacionales de paz, conflictos y desarrollo y comunicadora social.

Correo electrónico: [email protected]

Hoy con casi un siglo a cuestas, una representante de los valores femeninos de Colombia, como bien lo registra el libro de Livia Stella Melo Lancheros publicado en 1966, Doña Elsa Cecilia Mendoza de Ceballos, refleja la historia de lucha de tantas mujeres cuyo poder invisible transforma la vida y la sociedad.

Nacida en Santa Marta en 1927, Secretaria de Control de Departamento a sus 15 años y Secretaria de la Sección estadística de su ciudad natal, representante en el Congreso Interamericano de padres de familia en 1961, Presidenta del Concejo de Santa Marta en 1962 y condecorada en el 2015 con la Gran Cruz de Bastidas por su liderazgo cívico; Doña Elsa Cecilia Mendoza de Ceballos, entraña la tenacidad y persistencia con las que  miles de mujeres lideran su vida en lo privado y en lo público en contextos de enorme adversidad y violencias.

Sin temor a confrontar la injusticia, dispuestas a empeñar su vida en las causas sociales y comunitarias, avocadas a redoblar sus esfuerzos para mantener la armonía en el hogar, al tiempo, que sostienen aguerridamente las luchas barriales; y, entre tanto y tanto, tejen entre palabras y hechos la poesía de la vida. Como bien lo refleja Doña Elsa Cecilia en su poema Meditación: 

Una tarde de lluvia y tristezas

Meditaba la infeliz Princesa

El susurro del viento le encantaba

Sus risos color oro despeinaba

Brillaban sus ojos, sus labios maltrataba

Se crispan sus dedos y exclama

¡Oh! Príncipe traidor, infiel,

¡Muere, no me hagas padecer!

Tempestad que amenazante estás

A este Príncipe con un rayo haz desaparecer?}

Llora amargamente, implora suplicante.(…)

La súplica que en el poema es un grito lanzado al viento con formas y sentires de la época, para Doña Elsa Cecilia, es un solo una evidencia del obstáculo que cada día se pone al frente para retar su capacidad. Ella, como tantas otras, a quienes bien valdría la pena rescatar del olvido, solo tienen tiempo para luchar.

A Doña Elsa Cecilia Mendoza de Ceballos, admiración profunda por su legado, a todas las mujeres, gratitud infinita por parir y sostener la vida en esta insoportable desigualdad.