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    El valor del tiempo

    Hay cosas que se pueden recuperar pero “el tiempo” no es una de ellas.

    Dar calidad de tiempo, tener tiempo y aprovecharlo, te llevarán por el camino en el que estar tranquilos y estar bien será el objetivo.

    POR GINNA  LITCETH RAMOS CASTILLO

    Especial para El Nuevo Liberal

    El tiempo… ese nada que se convierte en un todo cuando compartimos con las personas que amamos, y que no siempre valoramos, sino cuando es demasiado tarde; demasiado tarde para sonreír, amar, perdonar, abrazar y dialogar. Y es que, los seres humanos no entendemos el valor del tiempo porque estamos ensimismados y olvidamos que el tiempo nos cobra una factura que casi siempre nos deja en ruinas.

    ¿Quién no ha escuchado aquello de que “el tiempo es oro”? Podríamos considerar exagerada esta expresión, no obstante la adecuamos a las realidades que ocurren en la cotidianidad; lo cierto es que, inviertas el tiempo como lo inviertas se debe tener en cuenta que son momentos únicos que no volverán. Hay cosas que se pueden recuperar pero “el tiempo” no es una de ellas. Hay tiempo para todo: para llorar, para amar, para descansar y hasta para morir… pero el tiempo no es una puerta que se puede abrir y cerrar cuando queramos.

    Entender el valor del tiempo, es entender que somos efímeros y pasajeros como el viento, es entender que somos débiles con el paso de los años y que no somos eternos.

    Entendemos el valor del tiempo cuando lo aprovechamos al máximo, cuando no dejamos para después lo que podemos hacer en un momento determinado, entendemos el valor del tiempo cuando odiamos menos y amamos más, cuando despreciamos menos y abrazamos más cuando lloramos menos y sonreímos más.




    Ha pasado que  a veces queremos hacer algo pero decimos: “No tengo tiempo o no me queda tiempo” pero luego reflexionamos y nos preguntamos: ¿Po qué no lo hice? Esto ocurre, cuando no somos conscientes de que no hay marcha atrás y de que ese tiempo que no aprovechamos fue agua en nuestras manos y se desvaneció como se desvanecen las olas del mar.

    Los días felices del pasado que tanto anhelamos no vuelven aunque queramos, pero a decir verdad por situaciones, o personas especiales deseamos retomarlo y lo único que nos queda son los recuerdos.

    Debemos tener claro que lo que tenemos seguro es el presente y con él todas las oportunidades para aprovechar y valorar el  tiempo que tenemos, pero que a la vez se nos escapa con el transcurrir de los días. Dar lo mejor de sí a cada persona que se nos cruza en el camino, dejar el mundo un poco mejor de como lo encontramos, sin duda hará que nuestro tiempo en la tierra no sea perdido, dormir pensando en que has sido un buen ser humano te hará dormir con una gran sonrisa.




    Expresar lo que sentimos: amor, cariño, o lo que quisieras realizar es primordial para tener un tiempo de calidad y no de cantidad. No debemos olvidar que te encuentres en la edad que te encuentres esa es la mejor, así que no hay que sentirse mal por ser demasiado joven, o demasiado viejo, más bien aprovecha ese momento para vivir intensamente, lo que no significa alocadamente y recordando siempre el valor del tiempo en nuestras vidas, recordando siempre el por qué y para qué estamos aquí, buscando hacer el bien a quienes nos rodean y no perder de vista nuestros sueños… no perder de vista el tiempo.

    Dar calidad de tiempo, tener tiempo y aprovecharlo, te llevarán por el camino en el que estar tranquilos y estar bien será el objetivo. El tiempo lo resuelve todo, pero te sorprenderás cuando te des cuenta que ese TODO se dará en el instante justo, y es ahí cuando aprenderás a darle valor al tiempo…