El sueño truncado de Cristian Gabriel y Oscar

10:10 am 14-abril

El sueño de dos futbolistas amateur oriundos de Popayán, se convirtió en toda una pesadilla a costa de la pandemia mundial del Covid – 19.

Cristian Gabriel Astudillo y Oscar Espinosa, recién graduados de bachillerato de los colegios Mayor San Marcos y Metropolitano de Occidente, respectivamente, no dudaron en atender una convocatoria desde las fuerzas básicas del Rayo Vallecano, popular club de España reconocido por la formación de grandes jugadores provenientes de los cinco continentes.

En enero de este año, a través de la agencia M&M Sports Talents, que venía haciéndoles seguimiento desde hacía varios años en el club Garras Fútbol Club de Popayán, por fin recibieron la oportunidad de ir a probar en el prestigioso club ibérico.

Asumiendo los gastos de viaje y estadía, apoyados claro está por sus familiares, estos dos jovencitos de 17 años cada uno, se embarcaron el pasado 18 de enero hacia Madrid, España, con la intención de permanecer hasta el 30 de abril en el proceso formativo del equipo madridista.

Los entrenamientos diarios, los partidos de fin de semana y las actividades físicas tendientes a la evaluación de los muchachos con el Rayo Vallecano, se cumplían sin novedad en la localidad de Cabanillas del Campo, ubicada a 1 hora de la capital española. Todo iba bien para los dos prospectos payaneses hasta que, después que comenzará marzo, las noticias de la emergencia sanitaria generadas por el coronavirus comenzaron a empeorar en gran parte de Europa, incluyendo a la Península Ibérica.

Así, en marzo 16 se decretó el aislamiento de toda España para enfrentar el Covid-19. Cristian Gabriel y Oscar quedaron varados en esta nación europea con el agravante que el club Rayo Vallecano (como todo el fútbol en este país) cesó toda operación deportiva desde lo profesional hasta sus fuerzas básicas y formativas.

Desde ese entonces, estos dos muchachos, que hoy por hoy están bien de salud y sin ninguna sospecha de contagio de Covid-19, están aislados en el pequeño apartamento que alquilaron con recursos de sus padres. Allí preparan sus alimentos, se distraen con la televisión, el Internet y viendo películas, sin dejar a un lado un par de horas diarias que dedican a ejercitarse entre esas cuatro paredes. Todo transcurre para estos dos muchachos de forma parsimoniosa, entre la esperanza y alegría que brinda la comunicación a distancia con sus familiares y amigos y la incertidumbre diaria por la caótica situación, de la que no saben cuándo va a terminar para poder regresar a su natal ciudad y tener a los suyos frente a frente.

Y mientras tanto desde Popayán, los padres y hermanos de ambos deportistas hacen lo humanamente posible para ayudarlos a distancia. Para el viaje y la estadía, lograron reunir una suma de dinero importante que ya los muchachos están agotando, por lo que apenas pueden cubrir sus necesidades básicas. Hoy en día y con gran esfuerzo, han reunido nuevos recursos que intentan enviarles, pero por la contingencia no han podido hacerlos llegar. “Hacemos las mayores gestiones posibles para que ellos puedan recibir ese dinero, pero sabemos que allá la cuarentena es más fuerte por lo que por ahora no pueden salir”, asegura en la capital caucana Felipe Astudillo, hermano de Cristian Gabriel, quien está pensativo porque la escases de recursos en su familia, con los que a duras penas están soportando el aislamiento local.

Desde su lugar de encierro obligatorio, Cristian Gabriel y Oscar claman por atención del gobierno colombiano, esperando que los tengan en cuenta en cualquier vuelo humanitario que los traiga a Colombia. Ese es ahora el sueño de estos dos jóvenes deportistas en este tiempo aciago de pandemia: estar en el seno de sus hogares lo más pronto posible bajo la protección y el abrazo de sus seres queridos.