El sueño realizado de una mujer afrodescendiente

09:19 am 21-mayo

Yaned  Castillo González nació en la vereda La Dominga, hoy municipio de Guachené, es la tercera entre tres hermanas. Su mamá las crio con mucho esfuerzo y dedicación, es una mujer campesina echada para adelante que les enseñó a trabajar, nunca tuvo un trabajo fijo ni un esposo que le ayudara.

Esta crónica es un reconocimiento a la mujer que se siente orgullosa de su raza negra, es un homenaje a la Afrocolombianidad que se celebra este 21 de mayo en el país. Yaned vive en Popayán hace 30 años, a donde llegó después de casarse y conformar una familia, de esa unión nacieron Sergio Luis y John Alexander Banguero Castillo.

“Después de tener a mis dos hijos vi la necesidad de trabajar por la situación económica y laboré como empacadora en Comfacauca, en la planta de la Licorera y luego llegué al Liberal como vendedora de publicidad, trabajé siete años patoniándome las calles de Popayán”, relata en medio de su desparpajo para hablar.

Era tanto su tesón por superarse que cuando llegó al entonces diario El Liberal se vinculó sin ninguna experiencia al grupo de vendedores de publicidad ya trajinados en el mundo de las ventas pero pudo ser la mejor. “Me asignaron los clientes que no compraban pero siempre le llegaba con el aviso a mi jefe Antonio”, expresa como anécdota, demostrando así su gran capacidad de superación.

Pero Yaned tenía desde muy niña un gran sueño que brotó de las dificultades de crianza que pasó su madre al hacerse cargo de ella y sus hermanas. “Mi mamá luchaba sola, la veía llorar muchas veces porque no tenía como comprarnos lo necesario y le decía, -no se preocupe que algún día voy a ser abogada y voy a ser dura con los hombres irresponsables y ella me miraba incrédula y con tristeza porque no había condiciones”.

Ese sueño constantemente estuvo en su mente, jamás perdió el entusiasmo. Yaned siempre ha sido bondadosa y ha tendido su mano a las personas que vienen de los municipios nortecaucanos de Guachené y Caloto al Hospital Universitario San José. “Siempre iba a ver que necesitaban y al notar las injusticias que cometían con la gente pobre y humilde, me decía tengo que estudiar Derecho”.

Una oportunidad laboral se le abrió en la Alcaldía de Popayán, sin pensar que esa sería la puerta para hacer realidad su gran sueño. Tenía que atender público y ya traía la experiencia como vendedora que le ayudó a ser más cordial con las personas porque tenía muy claro cómo se atiende bien a los clientes. “Por eso yo atendía al público con todo el cariño del mundo y me hice querer de la gente, es cuando vi la necesidad y oportunidad de entrar a la universidad”.

Pese a que no tenía un empleo fijo, pues era contratista, su anhelo de ser abogada la empujo a asumir el reto, incluso pensó que llegaría hasta donde pudiera con sus estudios. “El día que pisé las puertas de la Universidad Cooperativa en el año 2004, le pedí a Dios que me conservara el trabajo o sino tendría que retirarme de estudiar”.

Alcanzó a avanzar hasta octavo semestre porque se le terminó el contrato, sin embargo, el destino estaba de su parte, doña Sara antigua empleada de El Liberal le ofreció su trabajo y hasta los clientes porque se iba a pensionar, de esa forma volvió al trabajo de vendedora de publicidad y logró terminar sus estudios de abogacía, además conoció a una persona que le ayudó a hacer la pasantía en la Corporación Autónoma Regional del Cauca CRC.

La experiencia de estudiar, trabajar y ser madre

La ambición por alcanzar su gran meta hizo que pudiera adelantar los estudios con grandes sacrificios. La primera dificultad que encontró fue la oposición de su hoy ex esposo. “Se puso furioso porque había entrado a la universidad, a toda hora me hacía la guerra para que no estudiara pero yo hacía todo lo posible por responder en el hogar. Sábado y domingo vivía dedicada a la casa, mercar, hacer almuerzo, arreglar ropa, dejaba lavado y planchado para no darle motivo a que me molestara, me hizo la guerra pero no me deje”, comenta entre risas.

“A las mujeres les digo que no dejen opacar sus sueños, que luchen siempre por obtenerlos, si un hombre las quiere las apoya, pero si no, no dejen truncar sus metas”, comenta con gran convencimiento.

Sus hijos para ese entonces estaban el colegio. Yaned llegaba a las 11:00 de la noche de estudiar pero no había cansancio que la venciera para cumplirle a su familia, arreglaba los uniformes de Sergio Luis y John Alexander, les revisaba tareas aunque tenía clase todos los días de 6:00 a 7:50 de la mañana, se levantaba a las 4:00 am para dejarles el desayuno y almuerzo preparado. Hoy son profesionales en Administración de Empresas y Derecho, gracias a su gran esfuerzo y a que son excelentes estudiantes.

Por eso, dando a conocer su vida, Yaned Castillo quiere ser un referente para las mujeres afro y en general para todas y sostiene “que no hay límites, sí se puede salir adelante con muy poco, solo se necesitan ganas”. Se considera una líder afro de los pueblos del norte del Cauca. Por ejemplo, si llegan a hacer diligencias los hospeda en su casa, si necesitan asesoría jurídica, un derecho de petición o en cualquier otra necesidad que tengan les brinda ayuda.

Luego que se graduó e hizo la pasantía en 2010 entró a hacer parte del equipo jurídico de la Gobernación del Cauca y ahora es especialista en derecho administrativo. Desde esa área ayuda a las personas en general, no solo a su gente afro, con asesorías a quienes habitan asentamientos en predios del departamento y buscan legalizar su condición de propietarios. Desea ayudar con proyectos a las madres cabeza de familia porque sabe de las dificultades que afrontan para criar a sus hijos.

Yaned Castillo también es líder comunitaria en su barrio La Capitana, como presidenta de la JAC apoya a la comunidad, recientemente con presupuesto participativo, logró una partida para el enmallado de la cancha.