Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico
El Nuevo Liberal
A principio de los años noventa del siglo pasado, Popayán ya venía consolidando su atractivo turístico después de la reconstrucción de la ciudad por el terremoto del 83, la arquitectura colonial del centro de la ciudad con sus casonas altas y con sus fachadas blancas, más el arte religioso encontrado en las iglesias y los museos era donde se centraba la llegada de los turistas, sin dejar atrás al morro por su historia precolombina.
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Teniendo como referente al pueblito paisa de Medellín se consolidó la idea de construir el Rincón Payanés, un proyecto que empezó durante la administración del entonces alcalde Luis Fernando Velasco y que se concluyó durante el mandato de José Gabriel Silva; el lugar destinado para ese proyecto fue la antigua piscina municipal que quedaba a un costado del morro, un espacio que estaba en abandono, pero que a la postre se convertiría en un centro de encuentro para propios y foráneos.
Así se dio inicio a la descentralización de la ciudad, los payaneses encontraron otro atractivo que no fuera el centro, en ese entonces podían encontrarse y departir en el Rincón Payanés mientras entraba la tarde para ir a ver el atardecer desde el morro, si se quería tener un recuerdo de Popayán allí lo encontraría, además podrían tomarse las fotos con las representaciones arquitectónicas de la ciudad en un solo lugar.
Ahora, el Rincón Payanés se convirtió en el lugar obligado para llevar a conocer por parte de los anfitriones de la ciudad a sus amigos, conocidos o familiares.