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    El regreso a las armas

    SEBASTIÁN SILVA IRAGORRI

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    El anuncio de 4 cabecillas de las Farc, Iván Márquez, Santrich, el Paisa y Romaña, sobre volver a la lucha armada era algo esperado, por cuanto su accionar posterior a la firma del acuerdo de Paz fue de incumplimiento, de violación de sus citaciones, de torticeras declaraciones, y lo más grave, de la continuación de negocios de Narcotráfico. El Paisa se fue temprano al monte pues parece que esa es su genética esencial. Romaña se escondió igualmente y nunca dio señales de querer cumplir las cláusulas firmadas. Santrich se vio involucrado en un negocio de narcotráfico con vídeos y declaraciones claras y comprometedoras que ameritaron el pedido de extradición por una Corte de Estados Unidos en proceso que allí se adelanta. Santrich al sentirse descubierto desplegó una estrategia para evitar su extradición y empezó por declararse enfermo, por pedir mejores condiciones de reclusión cuando fue capturado y luego de mil argucias logró salir de prisión, recapturado obtiene su libertad y la no extradición, por una decisión aún inexplicable de 2 Magistrados de la JEP. La Corte Suprema le inicia investigación penal pero le mantiene su libertad alegando tener fuero parlamentario, que le había reconocido el Consejo de Estado, fuero que parece aún conserva. Santrich sigue su estrategia, se presenta en la Corte y dice que atenderá todos los llamados y estará atento al proceso. Luego va al Congreso y se posesiona como Parlamentario en la Curul que le fue regalada producto del Acuerdo. Allí asiste a algunas sesiones y después cuando cree que ya suscita confianza viaja a la frontera con Venezuela aduciendo visitar espacios territoriales de capacitación y reincorporación, y lógico, se fuga, pasando al País limítrofe y con sus cómplices obtiene todo el respaldo de Maduro en Venezuela. Después de varios días reaparece públicamente uniformado y armado anunciando el retorno a la guerra. Quiere ahora arroparse en una lucha política armada cuando en realidad está es huyendo de la solicitud de extradición y de la investigación penal que se le adelanta por negocios de narcotráfico. Lo más insólito es que aún conserva su calidad de Parlamentario, pero armado. En qué País democrático se tolera esto?




    El otro Cabecilla de la foto y voz cantante del nuevo grupo armado es Iván Márquez, quien ya ha sido delatado por su primo Marlon Marín y cuyo testimonio implica proceso penal en EEUU y en Colombia. Este Cabecilla también se esconde y ahora aparece como líder de una lucha armada, dizque política, para reivindicar aspiraciones de los colombianos. Esta obra de teatro, esta gran estafa de cabecillas de las FARC que para huir de la Justicia se disfrazan de líderes políticos armados no debe prosperar. Los colombianos debemos señalar a estos cabecillas como los culpables de los incumplimientos al proceso de Paz, como sindicados de graves delitos de narcotráfico y ahora que salgan de la JEP de cientos de investigaciones y condenas de la Justicia ordinaria. Debemos señalarlos de ser los verdaderos enemigos de la Paz. No nos dejemos desviar con inculpaciones con criterio político de quienes siempre han querido favorecer la acción guerrillera.




    Hay que rodear al Presidente Duque y su Gobierno en su lucha por cumplir lo acordado con quienes de buena voluntad se han acogido a la reincorporación y en su combate contra los criminales que quieren persistir en la violencia. Es el momento de la unión contra los violentos. Que este anunciado retorno a las armas sea derrotado por la unión de todos los colombianos que no queremos más impunidad, ni más narcotráfico, ni más violencia, ni más complicidad.