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    El marketing político otra forma de ‘lucha’ para la Presidencia

    En menos de 15 días los colombianos volveremos a las urnas, esta vez para la elección de quien comandará la nación. Millonarias inversiones para eventos, recorridos y pautas publicitarias. ¿Qué lenguaje usan los candidatos? ¿A qué le apuestan a la hora de ‘vender’ su imagen?

    Por: José Luis Rengifo, Luis Eduardo Arévalo, Jarol Silva, María del Mar Forero, Charles Prada, Juan David Orozco

    Estudiantes Universidad del Cauca

    Especial para El Nuevo Liberal

    El marketing político de su campaña se mueve alrededor de los jóvenes, de la educación, de atacar la corrupción.

    Colombia está de cara a su proceso político más importante: una contienda electoral que ha movilizado a todos los sectores del país. Hoy, seis candidatos se disputan el primer cargo administrativo colombiano, una tarea nada fácil de llevar en estos momentos.

    A continuación se presenta un análisis sobre las campañas políticas de: Gustavo Petro, que propone el rescate de lo público, Sergio Fajardo que apuesta a la educación, Germán Vargas Lleras que defiende el desarrollo de la infraestructura social, Humberto De la Calle con su bandera de la paz, e Iván Duque, de la mano de las industrias.

    La imagen de los candidatos

    A escasos días de las elecciones presidenciales, todos los aspirantes han consolidado ya una imagen en sus seguidores, las cuales se dejan ver en redes y páginas oficiales.

    El marketing político de su campaña se mueve alrededor de la gente, de lo ‘humano’. /Fotografías: Archivo Particular

    Gustavo Petro, candidato por el movimiento ‘Colombia Humana’, exalcalde de Bogotá, es un economista oriundo de Ciénega de Oro, Córdoba. Se ha presentado en sus discursos de campaña, en debates y plazas públicas como el candidato del pueblo. Su propuesta está ligada a darle voz y poder al mejoramiento de lo público como razón para desarrollar al país.

    La educación, la inclusión social, la salud y el agro, son los primeros motores de su política pública. Ha sido un hombre controversial, no sólo por su inclinación política, sino también por la fuerza de su discurso, que lo ha proyectado entre sus seguidores como un progresista. Su actitud pública siempre es firme, clara y audaz, por lo que se le aparenta a la directriz de un padre. Tiene un buen manejo de la palabra, hablando claro y sin frases extremamente elaboradas, lo que le permite ser entendido por todos los públicos, lo que ayuda a establecer afinidad política con los electores.

    Por su parte, Sergio Fajardo, candidato por la Coalición Colombia, exalcalde de Medellín – su ciudad natal – profesor y matemático, se enfrenta en la contienda con la bandera de la educación y el medio ambiente, y con la firme promesa de derrotar la corrupción. En debates y plazas públicas se ha presentado como una persona cercana a la gente, congruente con sus respuestas y con lo que propone en su plan de gobierno.

    Su imagen descomplicada, si bien le ha posibilitado romper con los esquemas políticos tradicionales, también ha jugado en su contra al aparentar desorden. Es un personaje caracterizado no como un incendiario político, sino como trabajador de sus planes bandera. Con un tono pausado, claro y una actitud cálida, Fajardo intenta establecer un diálogo con sus posibles votantes.

    Germán Vargas Lleras, candidato por el movimiento ciudadano Mejor Vargas Lleras, fue vicepresidente, es abogado, nacido en Bogotá en el seno de una familia política. Defendiendo los resultados obtenidos en sus diferentes cargos administrativos, Lleras propone su discurso con la ilusión de la transformación basada en el ejemplo.

    El marketing político de su campaña se basa en los logros alcanzados en sus anteriores cargos públicos, las cifras su principal ‘bandera’.

    Es un hombre que habla con firmeza, mostrando su rasgo de liderazgo, con un discurso que construye según los cambios en el debate, rezagándose o acelerando el tema. A través de su discurso pretende convencer que es una opción viable al tener la experiencia administrativa que respalda el conocimiento para sus planes de gobierno. Se basa en la defensa de la infraestructura social, un conjunto de propuestas dirigidas particularmente a mejorar las condiciones de salud, desarrollo de la tecnología en favor del ciudadano, e infraestructura física.

    El marketing político de su campaña lo asocia con su experiencia y conocimiento, por eso recurre a piezas como las usadas por Kennedy u Obama, un gobierno para todos.

    Por el partido Liberal, está Humberto De La Calle, quien se cataloga como el ‘Arquitecto De La Calle’, y uno de los artífices de la Constitución de 1991 y del Acuerdo Final de La Habana. Es por estas razones que muchos lo tildan como un verdadero estadista y el candidato que más experiencia tiene para llegar a la máxima magistratura. Es un abogado caldense y exvicepresidente, que posee un discurso con tono moderado procurando cercanía con los electores, haciendo énfasis en el poder que tiene la paz para el cambio del país. Su propuesta programática gira alrededor del Acuerdo Final de Paz firmado con las Farc, el cual guía sus políticas para el desarrollo de  Colombia.

    El marketing político de su campaña está ligado al corazón del pensamiento y sentir del Senador Uribe: Mano firme, corazón grande.

    La política juvenil, como ha sido catalogada por muchos en el país, está representada por el candidato por el partido Centro Democrático, Iván Duque. Un abogado apadrinado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, y que proyecta una imagen de hombre dinámico. Generalmente se viste de modo informal en debates y plazas públicas, utilizando un lenguaje fluido, con apariencia de libreto, acudiendo a frases de recordación y ligado a temas como minería y ‘fracking’ responsable. Estos temas son los más álgidos de su campaña. Su discurso está marcado por frases generales que permiten la identificación de diversos públicos con sus ideas. Su campaña está enfocada en generar desconfianza sobre otros candidatos, aludiendo a la comparación con la actual situación de Venezuela.

    De las plazas al eslogan de Campaña

    El marketing político utilizado en las campañas de los candidatos genera la imagen de lo que es el aspirante. Venden una figura que pretende acercar, condicionar y proporcionar los argumentos para decidir el voto ciudadano.

    En la campaña de Petro, la intención es vincularlo como un intelectual y dirigente político con la fuerza necesaria para administrar el país. Su foco es el ciudadano del común, por lo que su estrategia de comunicaciones lo presenta como el hombre del pueblo, humilde y egresado de colegio público. “Por una Colombia humana con justicia social y paz” es su eslogan de campaña, por lo mismo que su marketing lo rodea de gente humilde, apareciendo como el líder que representa el progreso. La palabra ‘humano’, es la principal herramienta para asociar a las personas, por eso al candidato se le presenta como la figura que está más comprometida con la gente que con las industrias.

    Por la misma línea se encuentra ‘La fuerza de la esperanza’, el eslogan de la campaña de Fajardo. Un discurso que lo presenta como la opción para el renacer de la política y el progreso del país. Con el Hashtag #SePuede, la estrategia de marketing ha vinculado la idea de que es él quien puede arreglar las rupturas sociales y políticas del país. Un hombre que aparece rodeado de estudiantes, gente del común y en espacios públicos abiertos, apelando con su discurso a la transparencia, no contaminado de vicios políticos, como una figura para derrotar la corrupción.

    La infraestructura social es la punta de ancla de Vargas Lleras. Su marketing político lo presenta como el candidato que le ha cumplido al país. Sus dos estrategias claras están dirigidas a suponer que es la mejor opción, vinculando la palabra ‘mejor’, con sus propuestas de gobierno. Por otro lado, su eslogan presenta las tres palabras que conducen al ideal soñado: “Hacer, cumplir, avanzar”. Con su reiteración en resultados de sus anteriores cargos públicos, deja claro que hizo, cumplió y afianzó el progreso. Su estrategia lo vincula siempre delante de las personas, sonriendo e informal, generando la imagen de un político comprometido con el pueblo.

    Por su parte, De La Calle con su eslogan “Un país donde quepamos todos”, suele aparecer como un héroe. Su marketing político utiliza música de la serie de Batman en los años 60, recupera la imagen del comic y algunas de sus piezas publicitarias indican que su propuesta es “Política para no políticos”, aludiendo a la cultura juvenil para respaldar la frescura del candidato. De sus estrategias hay una en particular que llama la atención, aquella que lo vincula con Jhon F. Kennedy, candidato con carisma en el electorado joven en Estados Unidos y quien en su campaña Kennedy promocionó un video donde ilustraba con fotografías de la sociedad estadounidense, collages y fotos del candidato, sus principales valores. En él, el coro señalaba ‘Kennedy for me’. De la Calle, al igual que Obama en 2008, repite la estrategia con idéntica musicalización, tomando el riesgo de recuperar una idea concebida para el público de 50 años atrás.

    “Mano firme, corazón grande”, es la consigna de Duque, siendo este el eslogan de gobierno de Álvaro Uribe, con lo cual su estrategia de marketing lo asocia directamente al expresidente. El prematuro blanqueamiento de su cabello sugiere una figura de mayor madurez que utiliza con astucia, para tener una imagen que no es legítima, acompañada de un tono de voz que está fuertemente ligado al estilo de Uribe. Uno de los temas bandera de Duque consiste en la disminución de impuestos a las industrias, enfatizando en la distribución de riqueza desde la formalización del empleo, pero mediante el estímulo a los empleadores. No se desliga del tema de los acuerdos de La Habana, sugiriendo cambios para garantizar la justicia sin impunidad, y la lucha contra el narcotráfico, con propuestas como revivir la erradicación por aspersión como programa de sustitución obligatoria, junto con la despenalización de la dosis personal.

    Así las cosas, la tendencia del marketing político de los candidatos ha encontrado su público específico. El discurso de cada aspirante está centrado en liderar con su imagen la propuesta programática y con esto fidelizar votantes.

    El 27 de mayo de 2018 se conocerá quien puede ser el nuevo presidente de Colombia o al menos los dos que pasarán a segunda vuelta. Conocer su campaña y sus propuestas es indispensable para tomar una buena decisión.