El Banco Mundial, cuyos objetivos, según dice su eslogan, es poner fin a la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida de manera sostenible; afirma: “Las perspectivas dejan mucho que pensar, ya que es probable que la crisis deje cicatrices difíciles de borrar y que plantee complejos desafíos mundiales, la prioridad es abordar la emergencia sanitaria y económica, mas allá, la comunidad mundial debe unirse para lograr una recuperación para impedir más personas caigan en la pobreza y el desempleo”. Ceyla Pazarbosioglu. Vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas, e Instituciones del Banco Mundial.
Todo indica que los efectos de esta Pandemia, no tienen antecedentes en la historia, se repite sí, la afectación arrasara con más fuerza en los países de alta vulnerabilidad, razón para trabajar estrategias que superen los daños en estas latitudes a partir del encuentro ecológico del hombre con la naturaleza.
Para el Sur de Colombia, en donde ‘La Vorágine’, se repite todos los días, la extracción de Recursos Naturales no tiene incidencia en el mejoramiento de la vida de sus habitantes. Se reproduce la ignominia, agravada por la concepción de que la presencia del estado es el auxilio politiquero, en forma de dadiva, de caridad o de limosna para superar la afugia del día y no los recursos como impulso a la productividad digna.
Mauricio Santamaría, Presidente de Anif, Asociación de Entidades Financieras, señala posibilidades de recuperación del sector en el año 2021, desde luego es la única parte de la economía que no se ha afectado con la crisis y que si lo fuera tiene toda la posibilidad de soportar muchas pandemias; a propósito en el Huila, Caquetá, Putumayo, Nariño y Cauca, la queja de las medianas empresas, es total, nada de los créditos bancarios.
El trabajo rural enfocado en la agricultura con calidad para tener marca de región, se pone en riego, su producción indispensable para el sostenimiento, debe mirarse con agudeza, la inversión de recursos debe renovar los criterios de inversión, saltar el criterio de dominio que genera el auxilio, el regalo o la dadiva, politiquería de otras época, para tener el enfoque del apoyo a la producción.
La producción campesina que venía avanzando en un marco agroecológico de producción limpia y de calidades especiales, pero que queda en alto riesgo por las condiciones sociales precarias a que se verá sometida su población, no tiene un futuro de expectativas y por tanto, la situación de vida es difícil.
A esta parte del mundo, amazónica, caqueteña, con piedemonte, cordilleras, macizo de aguas, valles interandinos y cuenca del pacifico, la acompaña la misma literatura social del sacrificio, la inequidad y la pobreza.
En las ciénagas perdidas se encuentran José Eustacio Rivera y García Márquez, para juntar los perdidos en la selva con los perdidos en el tiempo de una nación fantástica y repetida en el dolor y la violencia, incrustada en la explotación ilegal e irracional de su riqueza natural y colectiva.
Al contrario bien podrían ensayar estos territorios, los modelos de economías circulares, que se prueban en Europa, como formas de protección y de equilibrio social, con el control de eficientes sistemas jurídicos.
Es prioritaria la tarea individual y colectiva, de reiniciar un ejercicio pedagógico, para enseñar a los hijos y nietos, la ubicación en el mundo real que se vivirá y los cambios para el inmediato futuro: terminar el cuento del consumismo como idea de comodidad, el engaño del ascenso social se debe recoger, asi como el cuento del enriquecimiento fácil, como paradigma del éxito.
Vuelvo a citar a Bruce Mac Master, Presidente de la ANDI, haciendo planteamientos que cuando se hacían antes de la pandemia, eran señalados de izquierdistas, por decir lo menos, y que son fundamentales para el País; los compartimos con angustia, está haciendo advertencias necesarias para no dejar que la economía llegue a niveles de desesperación y de quiebra.
Si se quiere proteger la generación siguiente, sobre todo por las debilidades de América Latina; tarea prioritaria es la formación de una cultura renovada, sin accesorios superfluos, llena de carácter para enfrentar con decisión la reestructuración de esta nación, así lo enseña la historia y se debe aplicar para el futuro.