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El caudillo

GUILLERMO PÉREZ LA ROTTA

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Postulo unas ideas sobre la psicología social del caudillo, género de hombres que ha poblado nuestra historia latinoamericana, y aún hoy sigue existiendo como un recurso de las oligarquías para continuar dominando: hombre que ha formado pacientemente el infundio de ser irremplazable como gobernante que ofrece soluciones definitivas. Ha tejido con el tiempo una red de poder económico y político para controlar gremios poderosos. Lo pudo hacer porque inicialmente él tuvo un gran poder económico, proveniente de herencias, y luego fue hábil para entrar en las redes clientelistas de la política.

Aparenta ser un hombre racional, pero esto es un cálculo, pues en el fondo está cogido por pasiones sociales como la sed de poder, que es como cabalgar sobre un tigre, según dijera un politólogo, entonces el tigre del poder atiza otras pasiones como el odio, y la eterna avidez de grandes terratenientes que lo siguen, así como el culto a la personalidad, y con ello logra que le digan que es como un sol que brilla sobre su país. Sus allegados tratan de demeritar cualquier intento de equidad, tildándolo de subversivo. Pone a circular la versión de que las reformas sobre el agro surgidas en diálogos de La Habana, son injustas para honestos empresarios y tuerce la historia, entonces alguien sale a decir que en las bananeras no hubo masacre, y prometen sus seguidores hacer trizas los acuerdos de paz.

Es un buen comunicador, que con el apoyo de grandes medios puede incriminar implícitamente a sus opositores, periodistas, políticos, o simples ciudadanos, señalándolos de terroristas, porque se atreven a criticar su gobierno en medios públicos. Aquella incriminación constante es una forma eficaz de hacer política por medio del terrorismo psicológico, por cuanto logra con ello movilizar a su favor las pasiones de sus bases, que no solo son las élites sino cierto pueblo o región que lo admiran porque él les ofrece seguridad. En algunos casos, ante sus calumnias, debe rectificar ante un juez porque el ofendido lo demanda con verdad. A veces se llena la copa con sus injurias y alguien pone a circular cartas firmadas por muchos en los medios, pidiendo respeto para las gentes que sufren sus afrentas.

Como jefe del Ejecutivo utiliza los servicios secretos del Estado para reforzar el señalamiento de terroristas a personas críticas, y motiva que los persigan. Puso las manos en el fuego por un jefe del Das hoy encarcelado por graves delitos. Y logra que lo reelijan por medio de sobornos a Yidis y Teodolindo. Luego, puede ayudar a quienes caen como perseguidores y ahora son perseguidos por la justicia, y entonces logra que se asilen en algún país donde existe un gobierno amigo de él, antes de que finalmente paguen ante la justicia su delito. O puede a su vez utilizar los servicios secretos del Estado para socavar la acción de otros poderes, que como el judicial, investigan crímenes cometidos por sus amigos. Entonces sus servidores fraguan confabulaciones contra magistrados que investigan, a través de falsos testimonios venidos en algunos casos del hampa.

Para destruir a sus enemigos supremos, da premios en dinero a los soldados motivando que se maten no solo guerrilleros sino gentes humildes que pasan por ser guerrilleros. El soldado puede así obtener un dinero por cometer crímenes en Soacha. Y el caudillo gana popularidad en su lucha contra los subversivos.

Utiliza la mentira para manipular a las masas, y las atemoriza diciendo que si ganan sus oponentes políticos vamos hacia el castrochavismo; y destituye a sus jefes de campaña cuando ellos meten la pata y confiesan esos métodos. Finalmente pone a circular en el juego mediático que no hay soluciones intermedias, o son los malos del paseo o es él y sus alfiles, que nos dan la esperanza para salvarnos a todos.

Este hombre, puede hacer todo esto desde el maquillaje sentimentaloide sobre su amor a la patria y su corazón grande, que dizque lucha por nosotros y nuestras familias. En verdad busca perpetuarse en el poder y si llega su alfil a la Casa de Nariño, buscará reformar la ley para que a él lo reelijan luego. Pues él es irremplazable y Colombia lo necesita por siempre.

Finalmente, es absolutamente hábil para actuar tras bambalinas, de modo que otros hagan el trabajo sucio por él. Y a veces hasta les toca ir a la cárcel, pero él afirma que son perseguidos políticos de un gobierno traidor a sus ideales.