#editorialelnuevoliberal Puerto Tejada: Agua potable y protesta social


En medio de la agenda noticiosa invadida por las discusiones legislativas sobre la Reforma Tributaria, se posó la lucha de las comunidades de Puerto Tejada por un digno servicio de agua potable. En total fueron tres días de protestas callejeras que incluyeron el cierre de toda  actividad comercial, educativa, social, de transporte y movilidad; en general, una parálisis general en busca que el Gobierno se comprometiera devolverles un buen servicio de suministro del vital líquido a la localidad.

Y pese a las difíciles condiciones de tipo social que se viven en esta localidad que tienen incidencia en los vecinos circunvecinos, los portejadeños solo salieron a protestar por la falta del vital líquido, luego que un daño les quitara el servicio por más de 20 días. Claro está que ese largo corte fue la ‘gota que rebosó al copa’, ya que el suministro, previo a la protesta, se prestaba en corto intervalos, una queja que se convirtió en la bandera para toda serie de políticos regionales que aprovechan las temporadas electorales para visitar esta localidad del norte del Cauca en busca de votos.

Y es que actualmente, Puerto Tejada cuenta con un acueducto con redes obsoletas e incompletas que permiten que el servicio sea eficiente y con producto de calidad, y su condición empeoró debido a un derrumbe que terminó por afectar la bocatoma desde hace más de 15 días y que dejó sediento el municipio.

Ante todas estas irregularidades en el servicio, los portejadeños depositaron su esperanza en los ‘cacareados’ anuncios de un acueducto regional. Se habla de una inversión cercana a los 37 mil millones de pesos del Gobierno Nacional, a través del llamado Contrato Plan, para abastecer no solo a Puerto Tejada sino también los municipios vecinos Guachené, Villa Rica, Padilla y una zona de Caloto. Sin embargo, esta obra está a medias y todavía se sigue ‘planificando’ con nuevos estudios y nuevos contratos para avanzar en su terminación.

Y aunque los manifestantes y la administración local llegaron a un acuerdo para levantar la protesta, los entes gubernamentales deben estar atentos ante este ‘campanazo de alerta’, ya que el descontento está creciendo preocupantemente en una subregión donde la pobreza extrema gana cada día más terreno, trayendo consigo todo tipo de problemáticas como el pandillismo, la inseguridad ciudadana, el desempleo, la violencia y muchos otros ítems relacionados con falencias de tipo social.

Hay mucho que revisar en materia de presencia del Estado en el PuertoTejada y en general en el norte del Cauca y pasar de la etapa de hacer bochinche por episodios de violencia a consolidar una sociedad que vive, siente y puede, civilizadamente, avanzar hacia un mejor estar y un esperanzador mañana.

El Estado ha centrado su acción en controlar las pandillas, olvidando la otra faceta de su función: consolidar la presencia del Estado que impulsa reconciliación y un vivir armónico para que no siga creciendo de forma continuamente esa ‘bomba social’ que puede explotar en cualquier momento.