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    Editorial: Vandalismo extremo

    Así quedó el árbol de Navidad, ubicado frente a la alcaldía de Popayán y de varios establecimientos comerciales. / Alexander Paloma – El Nuevo Liberal.

    El pasado jueves en la madrugada, el gigantesco árbol de Navidad que adorna el parque Caldas se incendió, en una acción que al parecer tiene tintes vandálicos. Un video que se viralizó en Internet, mostró como el fuego devoró parte de la estructura y si no fuera por unidades bomberiles, el adorno hubiera quedado en cenizas.

    Y aunque las autoridades no han hecho pronunciamientos concretos sobre las causas del fuego, todo apuntaría a que fue producto de la acción de uno o varios individuos. Sí. Así como suena y así resulte difícil de creer para el visitante de cualquier otro país del mundo, no solo uno de los pocos esfuerzos realizados para adornar el sector histórico y hacer más amable la Navidad, pudo haber sido devastado sin piedad por algún individuo inconsciente que, aprovechando la ausencia de cámaras públicas de seguridad y escudado en la soledad de la madrugada, le prendió fuego al colorido e iluminado adorno.

    La noticia tuvo algo de trascendencia pero no pasó de pequeños titulares en los medios de comunicación de la ciudad; tal vez porque precisamente el tema al que se refiere ya se volvió parte de la vida cotidiana de la ciudad. Y así es, ya que a diario escuchamos sobre vandalismo en el mobiliario público como canecas de basura, que son quemadas o destruidas; señales de tránsito rayadas, tumbadas o derruidas; bancas de parques desbaratadas, semáforos sin las llamadas pestañas o que dejan de funcionar porque les arrancan el cableado y hasta una estación planeada para la operación del Sistema Estratégico de Transporte Público, totalmente desmantelada. De manera que el observar una estructura gigantesca consumida por las llamas entra en ese inventario de elementos públicos vandalizados donde la respuesta de las autoridades municipales, llámese administrativas o policiales, brilla por su ausencia. Se puede seguir haciendo un recuento que sonroja, para no hablar del estado en que están muchas fachadas de edificaciones ubicadas en céntricas vías.

    Muchas de esas acciones provienen de mentes antisociales a las que únicamente les es útil la sanción que debe proceder de acuerdo con nuevo Código de Policía. No puede quedar una ciudad a merced de los vándalos.

    Y no es para menos porque infortunadamente la falta de cultura y civismo en Popayán no es un tema nuevo ya que los residentes de la Ciudad Blanca hace muchos años se acostumbraron al mal comportamiento en las calles, a las conductas reprochables, a la ley del más vivo, y ningún gobierno municipal ha sabido hacer frente al tema.




    Equivocadamente, se cree que los bienes públicos no tienen dueño, siendo que por su carácter comunal son de propiedad de todos, por lo que somos el gran conglomerado quienes debemos cuidarlos como los más preciados de nuestros patrimonios. Pareciera pues, que no hemos tomado conciencia respecto de la sutil simbiosis entre deberes y derechos, que como ciudadanos tenemos frente a la infraestructura pública y vemos cómo el vandalismo registra su accionar en las noticias de apertura de los programas noticiosos más importantes de la ciudad y por su puesto en este, el periódico más importante de la región.

    Es el momento entonces de mirar desde el gobierno hacia la cultura ciudadana, entendida como la construcción social de lo público, fortaleciendo el ejercicio de los derechos y las relaciones de convivencia, desarrollando el sentido de pertenencia y la responsabilidad social.

    La verdad es que las calles y avenidas de Popayán están bajo el mandato de los vándalos, entre otras cosas porque por un lado operan en total impunidad y por el otro, se amparan en la indiferencia del resto de la ciudadanía a la que no parece importarle que así sea.

    ¿Hasta cuándo?

    Adenda: A propósito, sería pertinente que las autoridades rindieran un informe sobre las cámaras de seguridad. ¿Cuántas están operando?, ¿cuantas dañadas?, ¿cuándo se van ejecutar planes para el mejoramiento de este material de seguridad citadino? Están en mora de ofrecerle a la ciudadanía esa herramienta para la seguridad pública.

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