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    Editorial: El aeropuerto ¿reubicar o no?

    El triste y lamentable siniestro aéreo que dejó siete personas muertas, ocurrido en la tarde del domingo anterior en un asentamiento del occidente de Popayán, contiguo al aeropuerto ‘Guillermo León Valencia’, abre nuevamente el debate sobre la ubicación del terminal de la capital caucana. Desde hace varios años, muchas personalidades con conocimiento de causa, han recomendado esta reubicación hacia la periferia de la ciudad, donde, además de muchas otras razones, minimice el riesgo para los sectores densamente poblados que tienen asiento en el radio de esta infraestructura aérea.




    Dicha razón quedó claramente marcada este domingo cuando la aeronave que apenas despegaba con rumbo al municipio costero de López de Micay, se precipitó a tierra dejando un doloroso saldo trágico en vidas humanas y las millonarias pérdidas materiales causadas a las humildes personas afectadas por el accidente.

    Recordemos que el aeropuerto ‘Guillermo León Valencia’ se explaya en una gran franja de terreno que tiene como vecina a la autopista Panamericana en su costado oriental y todo tipo de asentamientos densamente poblados en el área occidental. Claro está que otrora, la terminal solo estaba rodeada de zonas baldías que entonces no representaban riesgo para el tráfico.

    Con el paso de los años y sobre todo luego del terremoto de 1983, la ciudad se urbanizó de manera desorganizada hacia el occidente, copando áreas aledañas al aeropuerto, lo que le comenzó a cerrarle espacio de maniobra al tráfico aéreo. Incluso, las zonas aledañas a las cabeceras de la pista también se urbanizaron lo que terminó de achicar el cono aeroespacial propio de la terminal payanesa.

    Actualmente, propuestas sobre la zona donde debería de trasladarse el aeropuerto, no hay muchas, aunque en uno de los planes de desarrollo de la ciudad de comienzos del presente siglo, está contemplado el estudio para la reubicación del mismo. Claro que esta posibilidad parece más distante ya que el aeropuerto está actualmente intervenido por la Aeronáutica Civil con una inversión que adjudicó contratos para el mantenimiento de obras civiles, edificaciones, pistas, calles de rodaje, zonas de seguridad, entre otros, en 13 aeropuertos del territorio nacional.

    Lo cierto de todo es que campanazos de alerta como el propiciado este domingo con el incidente del barrio Junín no deben quedar en el aire. Sería pertinente que el debate se reabra en todos los estamentos citadinos, a fin de canalizar las ideas para generar un proyecto serio que conduzca a un nuevo punto de ubicación del terminal aéreo payanés, en el que la seguridad, tanto de viajeros como de ciudadano en tierra vuelva a florecer.




    Adenda: Triste y repudiable la actuación de muchas personas de la zona aledaña al accidente aéreo del domingo anterior, que solo arribaron al punto cero del mismo para saquear los bolsillos de las víctimas y las maletas de los infortunados viajeros. Un video que registra este hecho, además, deja ver como un grupo de desalmados sujetos llega en gavilla para apoderarse de los elementos de valor de las personas que yacen entre los escombros y que a lo mejor aún dejaban ver signos mínimos de vida. Esa fue sin duda, una clara muestra del poco valor y respeto que algunos individuos sienten por el prójimo.