Editorial: Cerrando el paso a los feminicidios

Las autoridades confirmaron la captura de Elkin Arley Montenegro Fernández porque es señalado de asesinar a su ex compañera sentimental Aída Islena Montenegro. Una respuesta de la institucionalidad frente al fenómeno del feminicidio en el Cauca, el cual genera mucha preocupación porque va en aumento.

Según datos aportados por la Corporación de Mujeres Ecofeministas, Comunitar, este año, en el Cauca, ya van 24 asesinatos de mujeres, de los cuales 13 son considerados feminicidios. Además de esto, y como quedó demostrado en los últimos hechos, cada vez más es mucho más cruel la forma como se están ejecutando.

Mientras tanto la Fiscalía indica que este año ya son tres feminicidios esclarecidos tras registrarse en los municipios de Santander de Quilichao, Inzá y El Tambo, gracias al trabajo de entidades como el Cuerpo Técnico de Investigaciones, CTI y la Sijín, las cuales se basan en la información aportada por los familiares de las víctimas. Los presuntos responsables están cobijados con medida de aseguramiento privativa de la libertad a la espera del juicio.

Más de allá de indicar las carencias que puedan existir en las forma cómo las instituciones estén atendiendo estas situaciones, lo importante es avanzar en la invitación a todos los ciudadanos a denunciar las agresiones a nuestras mujeres, de no permitir que el silencio termine ocultando esta clase de tragedias, porque es cierto que al informar a tiempo los casos, permite a las entidades judiciales actuar de manera contundente, como en el caso relacionado con la docente Aída Islena Montenegro, cuyo talento y carisma fue truncado por este sujeto. Este ya es procesado por la justicia colombiana.




Reconocer que se está luchando es el principio para erradicar esas violencias contra las mujeres, a partir de ese trabajo comprometido de organizaciones defensoras de las integrantes de este grupo poblacional. Son estas las que nos recuerdan la realidad, pero a la vez, nos ilustran las rutas a seguir y así como la invitación a cambiar posturas para precisamente acabar con este fenómeno.

En el ámbito periodístico también hay compromisos, como es el cambio en las maneras de redactar cuando se informa de esta dolorosa realidad, eso en sí es un gran aporte desde las salas de redacción, desde el periodista. Pero esto no es un trabajo en solitario. La invitación es todos sectores sociales y entidades a que aporten a tiempo la información de estos casos para visibilizarlos y de esta forma ir educando a los ciudadanos, con la férrea esperanza que informar es la vez enseñar para generar cambios. También los resultados en la materia hay que reportarlos para dejar claro que esta clase de comportamientos delictivos no tienen espacio en nuestra sociedad.

Y es que el aporte para la solución es de todos, desde organizaciones como Comunitar, medios de comunicación, entidades regionales y municipales y ciudadanos porque en últimas las mujeres son el espacio para la conservación de la vida y de la sociedad.