Editorial: Vuelve y juega

lUna vez más, como se preveía, el gobierno nacional amplió el periodo de Aislamiento Obligatorio hasta el 25 de mayo de 2020, prórroga sustentada en los indicadores de personas contagiadas y fallecidas a causa del Covid-19 y recuperadas, no obstante ser conscientes del bajo volumen de muestras tomadas y procesadas, lo cual es crucial para trazar políticas en los distintos niveles de esta calamidad sanitaria, así como las particularidades del aislamiento que ha profundizado problemas como el desempleo, el deterioro de la economía y la pobreza, así como el frágil estado de la red pública en salud: Clínicas, hospitales e infraestructura tecnológica y científica para atender los casos críticos, que se resuelven vía Unidad de Cuidados Intensivos.

El reporte entregado por el Ministerio de Salud, el pasado 10 de mayo, con relación al número de contagiados, víctimas y pacientes recuperados por coronavirus en Colombia, arrojó las siguientes cifras: 11.063 contagiados, 463 muertos y 2.705 recuperados, reportando a su vez que los nuevos casos de contagio ascendieron en ese día a 568, mostrando que a medida que se avanza en las pruebas se van detectando más contagiados.

Paralelo a esta realidad epidemiológica, desde los diversos sectores de la economía, se han venido ejerciendo todo tipo de presiones al alto gobierno para que se profundice la reducción parcial o total del aislamiento obligatorio, tal que facilite un mayor retorno de actividades comerciales y económicas que permitan ‘palear’ la difícil situación por la que atraviesa la dinámica económica nacional y regional.

En este contexto, encontramos que los sectores económicos más golpeados, en regiones como el Cauca y Popayán, son los relacionados con las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, las que hasta ahora, a pesar de los lineamientos trazados por el gobierno nacional, no les espera cosa distinta, por lo menos al 40% o 50% de ellas, que la quiebra o cierre, bien en este periodo de pandemia o después de ella, con las graves consecuencias económicas y, fundamentalmente sociales, por ser empresas que juegan un papel importante en la generación de empleo, producción de bienes y ofrecimiento de servicios, desde dinámicas propias de diferentes actores económicos de la región que, con grandes esfuerzos, lograron consolidar promisorios emprendimientos.

En nuestro caso, como Sociedad La Imprenta del Cauca S.A., que publica el Periódico El Nuevo Liberal, constituido como una PYMES, está al borde del colapso, no obstante, haber decidido mantener nuestra publicación bajo los mismos criterios de seriedad, profesionalismo y responsabilidad con que durante 82 años ha desarrollado su trabajo periodístico, mediante el uso de herramientas virtuales. Pese a las enormes dificultades que se le han presentado, la empresa no hizo recorte de personal, es decir, consecuente con su filosofía social, decidió mantener los puestos de trabajo con todas las obligaciones laborales y prestacionales para administrativos, periodistas y diseñadores, esfuerzo que no ha contado con una verdadera reciprocidad y/o solidaridad, ya que no ha podido acceder a los apoyos y créditos ofrecidos por el gobierno central para empresas de este tipo, no se ha logrado que el Estado, a través de Presidencia, Gobernación del Cauca y Alcaldía de Popayán, pueda entender que nuestro periódico es un bien cultural y de memoria histórica de esta importante región del país, así como un preciado patrimonio de los caucanos y payaneses, lo que hace imperativo como sociedad salvarlo, no desde una mirada centrada en la caridad, sino de la corresponsabilidad con un bien absolutamente necesario: la información como un servicio público esencial. La total indiferencia en el apoyo institucional a nuestro diario, raya en la mayor indolencia oficial que se tenga conocimiento en la historia del periódico. Algunos suscriptores no volvieron a renovar sus suscripciones y ante la “inactividad” económica local la publicidad ha rebajado más del 85%, nuestra mayor fuente de financiación, y la venta del periódico se redujo en el 100%. El Nuevo Liberal espera que estas prácticas puedan cambiar en el corto plazo y con ello acariciar un tránsito tranquilo hacia sus 83 años de existencia construyendo ciudadanía.