Editorial: Más grave de lo que se pensaba

Hace solo una semana, en este mismo espacio, bajo el titular “Todo Preparado” decíamos que tanto las Autoridades Eclesiásticas, la Junta Permanente Pro Semana Santa y la Alcaldía de Popayán, así como los diferentes actores sociales, culturales y artísticos, empresariales y comerciales estaban listos para atender el evento más importante de la ciudad: La celebración de la Semana Mayor, tanto en los aspectos religiosos como en los comerciales y de turismo, señalando que al final, el Lunes de Pascua tendríamos un reporte profundamente satisfactorio, como todos los años, para bien de la región, del país y del mundo católico, refrendando el hecho de ser reconocida como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Nunca se pensó que un hecho externo a las celebraciones de Semana Santa, se levantara de nuevo como el mayor obstáculo para su feliz realización; aún está en nuestras mentes, el 31 de marzo de 1983, Jueves Santo, cuando bastaron 18 segundos para que un terremoto azotara inclementemente la ciudad, con pérdidas de vidas y destrucción de la ciudad y en especial de su sector histórico, tanto en su patrimonio urbano como religioso. Hoy asistimos a otro fenómeno que se sale de nuestras manos, pero que está en manos de nosotros mismos su control, la aparición hace pocos días del virus llamado por la ciencia médica como COVID-19, el cual se encuentra en una fase de propagación en todo el mundo, pandemia que ha llegado a más de un centenar de países, Colombia no es la excepción, ya tenemos más de medio centenar de infectados, por lo que las medidas preventivas que se han dispuesto por la OMS, el gobierno nacional y los gobiernos territoriales ameritan toda nuestra observancia y acatamiento para contrarrestar efectos fatales impredecibles.

Una de las medidas, que aparece en todos los mensajes de las autoridades científicas y civiles es la restricción a la realización de eventos multitudinarios, lo que ha llevado a la cancelación de un número muy significativo de actividades de este tipo en todo el país, para evitar el contagio y la propagación del virus. Medidas cada vez más drásticas, como las tomadas anoche por el Presidente de la República al suspender las actividades académicas presenciales en el sistema público de educación, llamado al que se han sumado las Universidades públicas y privadas del país, convocando a adelantar procesos de aprendizaje asistido por computador en todas sus modalidades, a fin de que los procesos formativos continúen; así, como el implementar en las empresas, en lo posible, la modalidad de trabajo en casa aprovechando el uso de la nuevas tecnología de la información y las comunicaciones.

Esta pandemia pasa por una aguda crisis de salud pública, lo que nos impone la mayor atención, actuar con responsabilidad tanto para sí mismo, como para su entorno familiar y social, desarrollando un alto espíritu solidario para evitar contagiar o ser contagiados, será la forma de contrarrestar los nocivos impactos, mientras el mundo científico descubre los medicamentos adecuados para su tratamiento, control y eliminación de ese virus.

Paralelo a esto, comienza a sentirse, a todos los niveles, el impacto económico, en el caso de nuestra ciudad, éstos serán mayúsculos, por tratarse de la no realización plena de las celebraciones de la Semana Santa, por la dificultad de realizar las procesiones con asistencia masiva de visitantes, como ha sido tradicional, así como la imposibilidad de contar con público suficiente en las ferias exposiciones y en las actividades artísticas, culturales y de turismo programadas para esta Semana, las cuales han tenido como propósito estimular y generar una importante dinámica económica en estos días, para muchos una de las más importantes de todo el año.

El llamado: tener paciencia, actuar con prudencia y no perder el optimismo, para que la innovación y creatividad, unido al liderazgo de las autoridades, nos permita enfrentar la profunda crisis económica que se nos va a venir encima, la que agudiza la que actualmente estamos padeciendo.