Pese a la notable disminución de tránsito, tanto de personas como de automotores a lo largo y ancho de la capital caucana, aún se observan en la calle muchas personas sin hogar, desplazados, migrantes y otros habitantes de la calle, que duermen en andenes, en las bancas de los parques, o permanecen sentados a la espera de una moneda en los semáforos o puntos de mayor circulación de personas. Como su casa es la calle, no podría decirse que incumplen el confinamiento.
No se lavan las manos ni una ni cinco veces al día porque no tienen agua, ni siquiera en las fuentes que adornan la ciudad, ya que las pocas que tenemos dejaron de funcionar.
Por sus condiciones de vida, y el hecho de que un buen número de ellos consume sustancias psicoactivas, es previsible pensar que sus organismos estén débiles y afectados. Esto los hace especialmente propicios para contagiarse con casi cualquier virus que circule en su entorno, ya que su hábitat está en los caños y es en la basura donde buscan alimento.
¿Qué hacer entonces con los centenares de ciudadanos que deambulan por la ciudad? Sabemos que existen algunas entidades que dan refugio temporal pero la atención es limitada debido al espacio y a los recursos que reciben. En otras palabras son tantos los habitantes de calle que las instalaciones de los albergues no son suficientes y no los pueden acoger en forma permanente. Tampoco todos aceptan llegar allí y no pueden ser forzados.
Sin embargo, debido a la cuarentena, estas personas deben estar confinadas en algún lugar como el resto de los ciudadanos. Al respecto nos preguntamos ¿Qué planes está siguiendo la Alcaldía para velar por estas personas? ¿Cómo se acercan a los cientos de ciudadanos sin hogar con información sobre los peligros a los que se enfrentan y la necesidad de que se protejan? ¿Qué planes urgentes va a poner en marcha la Administración Municipal para instalar alojamientos temporales con las normas sanitarias adecuadas y las recomendaciones de autocuidado?
Muchos de ellos no tienen noticia alguna del virus y sus peligros y, seguramente no les interesa porque poco pueden hacer. Sugerimos que, con celeridad, se definan las medidas de protección necesarias. También, que se establezca un teléfono para que la ciudadanía apoye con información sobre los lugares donde estén las personas sin hogar, con el fin de que sean atendidos con cuidado. También se hace necesario activar las rutas de atención para los ciudadanos que quieran donar ropa, mercados, guantes y otras medidas de protección para ellos. La ciudadanía espera respuestas a estos interrogantes.
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