Editorial: A unir esfuerzos contra el Covid-19
Lo que se estaba esperando en nuestra comarca pasó. El coronavirus (Covid-19) ha llegado a Popayán y es responsabilidad de cada uno de nosotros hacer lo necesario para evitar que se siga propagando sin tregua hasta desatar un colapso sanitario.
En general no han sido unas semanas fáciles en ningún lugar de nuestro país. Las noticias que cada minuto trae la expansión de la pandemia del COVID-19, incluyendo la llegada de la misma a Popayán, ha provocado el cierre de fronteras y comercios, la cancelación de eventos, vuelos, colegios y universidades. Todo lo anterior en el marco de una génesis de crisis económica mundial que para nuestro país disparó el dólar hacia las nubes y bajó significativamente el precio del petróleo.
Además, el hecho de que uno de los dos primeros infectados en la ciudad sea la primera autoridad de la capital caucana, genera mucha más incertidumbre entre una ciudadanía que, pese a todo, se nota atenta y presta para atender la normatividad que se ha venido emitiendo de parte de los entes gubernamentales a fin de evitar que el contagio se esparza.
Es ahora, en pleno nacimiento real de la crisis de salubridad provocada por este virus persistente, tenaz e imprudente en el que debemos recordar que como comunidad tenemos que desandar el camino del egoísmo y del sálvese quien pueda para actuar de manera colectiva.
El primer ejemplo de solidaridad y cooperación es respetar a rajatabla los períodos de cuarentena. Es indispensable meternos a la cabeza que la única forma de enfrentar esta amenaza es aislándonos, evitando en lo máximo el contacto con otras personas mientras pasan los periodos de tiempo estipulados por las autoridades de salud.
Fuera del cumplimiento de esas normas, es menester ser comprensivos y ayudar a todos aquellos comprendidos en los grupos más vulnerables frente a esta pandemia: adultos mayores, personas con enfermedades respiratorias crónicas (como asma o EPOC) y cardiovasculares, hipertensión, cáncer, diabetes e inmunodepresión, entre otras.
A groso modo nos queda por decir que, teniendo en cuenta que la emergencia está comenzando, pero no hay que perder de vista el objetivo inmediato: desacelerar el crecimiento de los contagios. Y para ello será necesario el esfuerzo mancomunado de toda la sociedad.
Sin duda, muchas lecciones nos dejará este momento sin antecedentes. Vendrán las reflexiones sobre nuestra capacidad de respuesta, la fragilidad de nuestras economías, de la vida misma, y sobre la importancia de ser fuertes como ciudad y como región, pues sin duda pasada la tormenta veremos en su dimensión cuáles fueron sus alcances.
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