De la ciudad al campo

HORACIO DORADO GÓMEZ

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La nueva Popayán está aportando las ventajas de la modernidad, pero igual, ocasiona una cadena de inconvenientes. La nueva ciudad genera a sus habitantes una calidad de vida saturada de estrés y soledad, además de un venenoso impacto ambiental. A diario la ciudad atrae a una gran población debido a las ventajas que ofrece. Entre otras, habría que valorar si los servicios disponibles son buenos o malos para el oportuno acceso al avance de la medicina, a la educación en todos los grados, a la sana distracción y deportiva, y también, si la ciudad ofrece diversidad de empleos.

Popayán tiene aire de “ciudad cosmopolita” mostrando en sus calles y barrios la influencia de varias culturas, y costumbres; convertida en punto de encuentro de personas de diferentes condiciones sociales que gozan del libertinaje, con un mejor y mayor acceso al mundo que no le brinda el medio rural. En Popayán ocurren los mismos sucesos nacionales y más relevantes de la política, la economía y los movimientos sociales. Por eso los habitantes de Popayán pagan el costo de tales ventajas (¿?)

La vida en Popayán está acompañada de alto grado de estrés, sometida a horarios estrictos para ir a trabajar, sin tiempo para pensar en los diversos estados de ánimo. Popayán está desviada de la naturaleza que a pocos importa y la vida nada cambia con sequía o con inundaciones; con el día o la noche. Incluso la vida urbana, permite ignorar o temer a la muerte, a la duración de la existencia humana. Lo anterior, hace que la gente regrese al campo por una serie de ventajas de la forma de vida rural, que la hacen apetecible.

Evidentemente en el medio rural se vive más cerca de la naturaleza, lo que implica una vida más sana. Se disfruta de aire más limpio, agua y alimentos de más calidad, menos contaminados. Se goza de una vida más sosegada, menos ruidos, con menos prisa y atafago, donde los biorritmos se acomodan mejor. Las formas sociales de relación, en el medio rural son de más cercanía y más comunitarias que en la ciudad. Paradójico, el campo ofrece más solidaridad, menos soledad y más sencillez.

Comparando las diferencias de la emigración de la ciudad al campo con las migraciones a la ciudad enmarcadas en el proceso de modernización que vive Popayán, nos muestra que el fenómeno actual, es interesante, y está cambiando la faz social de Popayán. El crecimiento económico (?) seguido del crecimiento demográfico; la migración a la ciudad, dio lugar a la aparición de un proletariado urbano; la desordenada urbanización y, construcción de viviendas multifamiliares. Surgió también, una gama de profesiones liberales que permite el florecimiento de la clase media, y la desaparición de la clase alta, fenómeno que cambia drásticamente la cara de nuestra ciudad. Sin embargo, los movimientos de la ciudad al campo que estamos presenciando no son comparables ni en extensión ni en consecuencias a los profundos cambios sociales.

Civilidad: ¿Cuándo podremos decir que Popayán es una ciudad limpia, con óptimos procesos del manejo de basuras y residuos?