Cuando la mentira aparenta ser verdad

QUEIPO F. TIMANÁ V.

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Cuando a una sociedad se le mueven los pilares en los que está sustentada, se vuelve insegura en sí misma, pierde su seguridad psíquica, su comportamiento es de ansiedad, pierde su seguridad en el futuro, porque el futuro es incierto, la conducta de esa sociedad es manipulable y está expuesta a ser utilizada, en provecho de alguien o de algo como el abuso del poder.

¿Cuáles son esos pilares que le dan seguridad? Son los valores, los cuales la hacen estable y con un futuro esperanzador; para algunos países de la cultura occidental; derivados de la ley mosaica hebrea y asumidos por el cristianismo, entre otros, consiste en decir siempre la verdad, la filosofía siempre consideró la verdad como un valor omnímodo, para lo cual propuso que fuera un propósito irreductible lograrla, por consiguiente se hacía énfasis en castigar la mentira y la calumnia.

Cómo entender que la verdad está en crisis.

El filósofo Polaco Zigmunt Bauman y que por cierto murió en el mes de enero de este año, nos aportó un nuevo concepto con respecto de la sociedad, “Modernidad Líquida”, la cual explica que en una sociedad en la cual los vínculos y los sentimientos de pertenencia dejaron de tener un carácter necesario, y las reglas promulgadas (por la ley, por la religión, y por los consensos) que regían la conducta, fueron reemplazadas de manera progresiva por otras, escogidas y adaptadas por cada individuo, los cuales a su vez son transitorios y eventuales.

Así como un líquido adopta la forma del recipiente, el ser humano adquiere una identidad versátil y flexible, con lo cual se abrogó el derecho, de poder mutar constantemente de trabajo, de pareja, de credos políticos y religiosos, hasta de opción sexual.

De esta forma los hombres y mujeres se mueven en una relatividad axiológica (valorativa) y ese vacío que se genera en cada persona, se trata de llenarlo dentro de una sociedad de consumo, con una pretensión de enriquecimiento infinito y la compra de objetos por lo general vistosos, para que lo representen, puesto que él no es.

Arrastramos del siglo XX dos condicionantes humanos: La publicidad y la cultura del espectáculo, la primera se explota en sus múltiples posibilidades, las cuales van a incidir en lo más profundo del comportamiento humano, y se traducen en sus expectativas, pulsiones, aspiraciones, lealtades, todo lo cual se pone al servicio del aparato consumista, o de las estrategias de poder, para lo cual no se requiere un examen a la luz de la ética y la moral.

Mucho antes de que se conociera Internet, la psicología ya había avanzado para ilustrar a la publicidad, sobre la forma de precisar el estímulo adecuado, la palabra detonante, el mensaje como consigna, que adormece colectivos mentales y les impide reflexionar y tomar postura personal con independencia de criterio.

A esta situación ambivalente se le llama pos verdad, es el eslogan, la frase corta, precisa, que expresa una explosión de significados, de promesas, de advertencias.

No es posible combatir con argumentos contra eslóganes, el ejemplo preciso es la campaña para votar el plebiscito por la paz en Colombia; quienes lo defendían tenían que hacer exposiciones teóricas largas ubicadas en la historia, de lo que significaba parar una guerra absurda entre colombianos por más de 55 años, plantear responsabilidades que se deben asumir como el perdón y levantar ánimos para plantear una apuesta a futuro; en cambio los que estaban por el NO sentenciaron con un eslogan, “Santos auspicia la entrada del Castro-Chavismo o Comunismo”.

En esta crisis es grave porque se pierde el concepto de honestidad como valor, todo se vale, mentir para ganar, ¿Por qué llegamos a esto? Por una gran ignorancia y una precaria escolaridad de la gente, no se leen las obras de los clásicos, la escasa cultura científica, cultura del arte, el desconocimiento de la historia nacional y mundial.

Las élites intelectuales con mayor capacidad para descubrir la deformación de la verdad, es muy poco lo que escriben o son leídos, y el pueblo no busca comprender sino sentir seguridad.

La pos verdad es utilizada en las posiciones políticas extremas de derecha y de izquierda, como lo sucedido en Inglaterra, quienes lograron sacarla de la unión europea y en Venezuela, en donde se exacerbó el resentimiento, la lucha de clases y el populismo folclórico, son ejemplos incontrastables de este abuso y del uso de la pasión.

Para quien esté interesado en profundizar en este tema, recomiendo las obras siguientes: Bauman Zigmunt (2003). Modernidad Liquida. Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF y Sobre la Educación en un Mundo Liquido (2013)

Editorial Paidós, Madrid.