¿Cómo elegir bien a nuestros gobernantes?
JAIME DI CAPOTE RIVERA
Hay algunas autoridades que no podemos escoger, como los padres; pero hay otras autoridades que sí podemos escoger, como el cónyuge y cabeza de hogar, en el caso de las mujeres. Además, todos tenemos la capacidad de escoger a quiénes asumen cargos públicos. Así como debemos tener claros los rasgos necesarios para encontrar a la persona con quien formaremos una familia, debemos tener claro qué buscar en las autoridades de gobierno que escogeremos, porque de ambas elecciones depende el futuro de nuestras generaciones.
Un gobernante bien sea Gobernador, Alcalde, Diputado o Concejal, no es cualquier persona. Tiene el poder suficiente como para cambiar en positivo o en negativo el destino de los pueblos, regiones, naciones y hasta continentes.
No es suficiente apostar a que si el gobernante se porta mal le hacemos una revocatoria y lo cambiamos. Hay que asegurarse antes de elegirlo, de que esta sea la persona correcta para el cargo. Es decir, se debe apostar a que es el mejor para el cargo entre los que compiten.
¿Cuál es una de las principales cualidades a encontrar? Dominio propio. La más pequeña unidad de gobierno que existe es la de nosotros mismos, bajo la cobertura de Dios, y debemos demostrar que somos capaces de hacerlo. Si alguien asegura sacar al departamento o ciudad de deudas, hay que ver si él está libre de deudas. Si ofrece educación, ¿qué tan educado es? Para elegir gobernantes hay que informarse y evaluar objetivamente a los candidatos.
Vale la pena observar qué clase de hogar tiene el aspirante a un puesto de gobierno. Si no sabe gobernar a su familia, ¿cómo sabrá de gobernar un departamento, una ciudad? Si no puede inspirar a sus más cercanos, ¿a quiénes podrá inspirar? Si no puede tener bien a los suyos, ¿a quiénes espera tener bien?
Necesitamos gente correcta dentro de la política para luego no lamentarnos de la elección que hicimos. Busquemos personas que sepan negociar con transparencia por el bienestar de un departamento, de una ciudad, no por beneficio propio.
Es bueno y necesario que nos involucremos activamente en escoger a nuestros gobernantes, porque la responsabilidad es de todos.
Una persona que busca un puesto de gobierno debe demostrar que es eficiente en lo que hace, para pensar que también será eficiente en lo que espera hacer. En otras palabras, debemos ofrecer y buscar sobriedad, honradez, amabilidad y espíritu apacible no pendenciero.
Todos estos son rasgos virtuosos que menciona la Palabra del Señor, así que son buenos parámetros para tomar decisiones sobre las personas a quienes les daremos nuestra confianza para gobernar.
También se recomienda personas sin vicios, que den buen ejemplo. Necesitamos a alguien que nos represente decorosamente, así que reflexiona bien tu voto, busquemos alguien honesto que inspire respeto y sujeción sin represión, tal como debe ser en la familia.
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