Convocatoria Fundación Valencia Calle – El Nuevo Liberal
No alcancé a esparcir tus cenizas…
No alcancé a esparcir tus cenizas, ahí quedaron a la espera de nuevos vientos entre el cofrecito terracota que permanece en la sala. A veces lo he tomado entre mis manos y lo he acercado a mi pecho para bailar contigo un bolero o simplemente para creer que te abrazo.
Tú en tu encierro, yo en el mío, dialogando en estas largas tardes silenciosas. ¡Amor de mi vida, tus cenizas permanecen entrelazadas a mis tantos recuerdos! Cuando todo esto pase, habrá un nuevo aliento. Subiré a tu montaña, abriré el cofre y dejaré volar lo último de ti.
Mónica Savdié
Periodista
Bogotá, Colombia
Siempre sueño con una vida tranquila. Más bien aburrida, diría yo. Nada de sobresaltos ni grandes emociones. Sin embargo, ahora tengo una pesadilla: sueño con una pandemia que azota mi ciudad dejando miles de muertos. Y sueño que estoy hace diez días en un hospital, conectado a un ventilador mecánico y casi sin esperanzas de recuperación. Pero lo más angustiante de esta maldita pesadilla es que de ella no se puede despertar.
Enrique Marchant Díaz
Profesor y editor independiente
Santiago de Chile
Con cada nuevo amanecer amnésico frente a los terrores virales que brindaba al mundo luz y calor, mi sombra aparecía para desplazarse al interior del renovado útero aséptico impuesto por el confinamiento. Arrastradas por un remolino, mis ocupaciones habituales naufragaron hasta sumergirse en espera monolítica que desdibujó la activa cotidianidad de antaño e incluso tuve que separarme de aquellos labios amados, de las frágiles formas cuya belleza parece no pertenecer a este mundo. Sin embargo, actualicé métodos y términos, hallé nuevos caminos para continuar el periplo interrumpido por el asalto intempestivo de un ejército invisible e implacable. ¡Mejorar y vencer!
Joseph René Córdoba Rosenow
Abogado
Itagüí (Antioquia), Colombia
El aislamiento ha sido algo histórico para todos, en especial para aquellas personas que llevan una vida dentro de su ser. Se piensa y se sienten muchas emociones sobre qué va a suceder. Tú me preguntarás: ¿cómo es un nacimiento por estos días? Sin duda sientes angustia, miedo e incertidumbre, pero cuando a mí me llegó el momento, estaba preparada para conocerte. Al ver esos ojos pequeños, tus labios y manos rosadas y tu hermosa piel morena, supe que dadas las circunstancias se pierden muchas vidas, aunque también muchas llegan dispuestas a luchar, a dar felicidad y a renacer.
Lida Lucía Córdoba Palacios
Fisioterapeuta
Medellín, Colombia
Dos minutos de pánico y un segundo de valor
—¿Cuál fue tu experiencia?
—Trabajar todo el confinamiento, incluidos los fines de semana.
—¿En qué pensaste?
—En que pronto el virus desaparecería.
—¿Qué sentiste?
—Dos minutos de pánico y un segundo de valor (responsabilidad).
—¿Qué aprendiste?
—Que debemos estar atentos porque nunca sabremos qué sorpresa nos traerá la vida, si será buena o será mala.
Dilian Calle
Murcia
España