Cauca: regreso al pasado
OLMEDO GUACA
“La paz y el progreso son dones de Dios, pero una tarea de todos”: Juan Pablo II
Los habitantes de Toribío, El Tambo, Caloto, entre otros municipios gozaban desde hace dos años de una aparente calma. Ya no se despertaban con el traqueteo de las ametralladoras, de las bombas, de los hostigamientos a la fuerza pública y andaban cómodos en sus labores del campo sin patrullajes de los grupos armados al margen de la ley.
Pero el 2019 con la llegada de Duque todos regresamos al pasado, a las masacres, a los asesinatos de líderes sociales, de defensores de Derechos Humanos, a las protestas y al tiempo de los abusos y uso excesivo de la fuerza pública, de la mano negra por grupos de ultraderecha, los campos dejados por las Farc no fueron copados ni por el gobierno Santos y peor por el de Duque, según Trump los cultivos ilícitos se dispararon al igual que el envío de cocaína a los EEUU que no hacen nada por controlar a los consumidores sino que toda el agua sucia nos la echan a nosotros.
Se reactivó la máquina letal del paramilitarismo, las disidencias de las FARC, los grandes combos o bandas criminales del negocio de la coca y de la minería ilegal, el homicidio de nuestros indígenas, de campesinos, las amenazas a gente del común que luchan por la dignidad defendiendo sus recursos naturales, amenazas a periodistas, se reactivaron las chuzadas, la persecución a medios de información independientes o a todo aquel que piense lo contrario del régimen actual.
Es decir, volvimos a la seguridad democrática con todas las secuelas y poder que tienen para volver trizas el bien o mal tratado de paz de Santos con los terroristas de la antigua FARC. Duque obediente a los postulados de Uribe colocó en ministerios, embajadas, institutos como de Memoria Histórica, comisionado de paz o de guerra que es lo mismo, a fichas del antiguo uribismo, hasta fiscal.
Ante todo este oscuro panorama nuestro Cauca regresó al pasado, llevando la peor parte y si a esto le sumamos los grupos de extorsión a docentes de El Tambo, a comerciantes de Popayán, las bandas de atracadores en la vía Santander de Quilichao-Cali, Popayán-Pasto y otras rutas. Más los cobradores del gota a gota que tienen azotada a nuestra capital en donde todo mundo sufre y sabe menos las autoridades. Ojalá escuchen a la gente de las galerías, amas de casa y pequeños comerciantes cuando dicen que: “Le tienen pavor al barbudo del Putumayo cuando llega insultando, ultrajando a mujeres delante de sus hijos y amenazando con su estridente moto cuando llega a cobrar la cuota diaria del gota a gota”.
Ojalá que este regreso del Cauca al pasado, el gobernador, los congresistas-soñar no cuesta nada- refiriéndonos a estos inútiles, la ciudadanía en general, los comerciantes, los sindicatos y demás fuerzas vivas de Popayán y el Cauca, como dice Juan Pablo II entre todos nos empoderemos de la causa hacia la convivencia. Ojalá el presidente no venga a darse pantalla comiendo mondongo en la galería sino que muestre verdaderas acciones para aliviar al Cauca. Ojalá no ocurra lo del pasado gobernador que tuvo muchas visitas, muchos consejos de seguridad con el presidente en Popayán, Caloto, Santander de Quilichao pero cada día como hoy seguimos peor. Porque esto de las conversaditas no funcionan, deben funcionar como lo exige la realidad. Quieren guerra los grupos fuera de la ley, pues guerra debe ser la respuesta obviamente asegurando la población civil y la contundencia debe ser letal porque tenemos a nuestras fuerzas armadas con el talento, el alma y la tecnología suficientes. Estamos en guerra y no podemos seguir con conversaciones ni almuerzos en la galería, la respuesta debe ser contundente, no hay otra de lo contrario el Cauca seguirá de regreso al pasado.
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