Carnaval de Pubenza, rescate patrimonial

09:48 am 03-enero

DIEGO ALONSO PAZ

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Con ánimo positivo han recibido los payaneses las declaraciones del nuevo alcalde, Juan Carlos López Castrillón, en relación con el rescate del patrimonio cultural de la ciudad, tanto en sus aspectos material como intangible, gravemente afectados, sobre todo en el primero de ellos por el infortunado manejo que condujo al deplorable estado del sector histórico de la ciudad y de monumentos coloniales dejados al abandono amenazante de ruina y ejemplos del desinterés o de la incapacidad de una administración ajena a su obligación de velar por las mínimas condiciones de habitabilidad y conservación de valores históricos estéticos y de identidad ciudadana.

En cuanto a patrimonio inmaterial o intangible, López Castrillón, como patojo de pura cepa, tiene claro su mandato por razones, felizmente más afectivas que jurídicas, sobre su protección y engrandecimiento.

Ancestrales manifestaciones enriquecen este acervo cultural. Hoy se prepara la ciudad con entendible expectativa, a vivir las nuevamente ‘El Carnaval de Pubenza’, en sustitución de las Fiestas de Reyes organizadas por la administración saliente, las que, en mi concepto personal, constituyeron un avance positivo frente a las muy decadentes de Pubenza que degeneraron en caos e incultura lo que, desde siglos atrás se estableció como Fiestas de Reyes y Negros.

Dado que con buen sentido y visión futurista, el nuevo alcalde da importancia al rescate de las auténticas tradiciones, respetuosamente me permito aportar consideraciones que se podrían tener en cuenta frente ese propósito.

Fragmentaria información, falta de consulta en fuentes documentales, y olvido de la tradición oral, atribuyen calidad de centenaria costumbre a las llamadas Fiestas de Pubenza, establecidas en la década del 60 del siglo pasado como copia de la entonces naciente Feria de Cali. Se buscó así sustituir a aquellas de Negros y Reyes que con siglos de antigüedad fueron parte esencial de la lúdica payanesa especialmente el Auto Sacramental de los Reyes Magos, de origen medieval. El Archivo Histórico del Cauca conserva documentos que dan fe de esas celebraciones ya tradicionales en el siglo XVII, y que hoy día estarían en capacidad de convertirse, por su originalidad, su lugar y el momento, en valioso atractivo turístico a diferencia del desprestigiado carnaval, incapaz de competir, con las casi simultaneas Feria de Cali y Carnaval de Negros y Blancos de Pasto.

Historiadores como José María Arboleda Llorente, Vergara y Vergara y Cordovez Moure destacan en sus estudios la originalidad y trascendencia que para el pueblo payanés representaban esos acontecimientos. Como referente de hoy, pensemos en lo que constituye la fiesta de Reyes en España, de igual origen que la nuestra, con su famosa “cabalgata” de las carrozas reales y multitudinaria asistencia internacional con gran difusión televisada del majestuoso espectáculo. Ese sería auténtico rescate de tradiciones, que en nada se opone al acompañamiento de la rumba y sana diversión, que las complementarían.

Son estos unos aportes sobre la autenticidad de un patrimonio que en buena hora se busca rescatar para refuerzo de nuestra, a veces, contaminada atmósfera cultural.