Actitud y cambio

MARITZA ZABALA RODRIGUEZ

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 “Tu actitud es una expresión de tus valores, creencias y expectativas”

Brian Tracey

La convicción de trabajar en conjunto para lograr mejores entornos, comunidades y sociedades, es una realidad posible, cuando generamos cambios en cada uno de nosotros. Muchos se preguntan ¿cómo mejorar relaciones, finanzas y familia? Lograrlo depende de ser mejores seres humanos, mejores personas, capaces de ser conscientes y de trabajar para crecer.

Suena muy fácil, siendo una labor compleja que demanda esfuerzo y tiempo. Además, hacerlo le da valor a todo lo que ofrecemos a los demás y muchas veces, puede llegar a inspirar a otros.

En esta lógica, la actitud colorea nuestros días y la vida es eso, no solo lo que nos ocurre a diario, sino la respuesta que damos a cada evento. Hoy, por ejemplo, tuve una reunión de trabajo con un informe de balance no muy halagador. Cifras, retos, dilemas que de entrada nos preocuparon, pero que, de la misma forma, nos abrieron la ventana a una oportunidad para replantear las acciones a seguir y hacer las cosas bien.

Así es, la actitud es la crayola con la que coloreamos el lienzo diario que vivimos. Revisemos a quienes tienen éxito permanente y el común denominador que encontramos en ellos es la decisión de tener una perspectiva positiva ante cada situación.

Esta reflexión de hoy obedece en gran medida al rechazo que siento, tal como muchos, por el manejo errado que padecen hoy por hoy los medios de comunicación en general. Si bien es cierto que surgieron como un escenario de expresión en libertad, también lo es que se han convertido en la nueva arena del irrespeto y la falta de criterio hacia el intercambio de ideas y opiniones. Las democracias se soportan sobre la deliberación y el debate respetuoso de los buenos ciudadanos, que con su actitud, ejemplo y acciones cotidianas, tejen redes, intercambian opiniones y construyen la percepción que se crea de la realidad.

En últimas, no debemos perder de vista que las crisis no tienen solo una raíz política, económica o mediática. En su base, hay un quiebre de valores y actitudes morales de los involucrados. Pese a lo cual casi todos queremos salir adelante, superar los escándalos, hechos mediáticos y cuestionamientos por la corrupción y el incumplimiento del contrato social, por mentar algunas situaciones, y es ahí donde la determinación y la actitud funcionan para lograr las metas que nos proponemos.

No basta con reglar la institucionalidad. Ya tenemos bastantes normas. Ahora más que antes, es necesario cambiar las reglas de juego y hacer cada día las cosas bien: saludar, ceder la silla o respetar las asignadas para adultos y mujeres embarazadas, en fin, aplicar esas palabras y actitudes mágicas con las que este mundo gira más fácil. Cada día podemos ser en verdad mejores ciudadanos. Puede parecer inútil, pese a lo cual doy fe que los grandes cambios, siempre se detonan con pequeñas acciones.