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Las diferentes violencias que se cometen contra las mujeres se han normalizado y perpetuado en el departamento del Cauca y en la ciudad de Popayán, por el arraigo de representaciones y estereotipos tradicionales de género que se manifiestan en los símbolos y modelos culturales, las prácticas institucionales, los roles de género, las relaciones entre mujeres y hombres en diferentes ámbitos y las identidades femeninas y masculinas.
De igual manera, se reconoce que las violencias contra las mujeres aumentan en determinados contextos como por ejemplo, el conflicto armado y se expresan de manera particular de acuerdo con la interrelación de categorías como la etnia, la edad, la orientación sexual, la discapacidad, entre otras.
La noción de la masculinidad ligada a la dominación, la dureza y el honor ha sido vinculada en investigaciones con agresores físicos, psicológicos y sexuales. Esta idea de masculinidad es una constante social que se alimenta de los mensajes de los medios de comunicación, los programas de televisión, los videojuegos, los deportes, en donde se refuerza el rol del guerrero capaz de luchar contra todo y a toda costa por defender lo que es suyo. Estas nociones se trasladan a las relaciones con las mujeres.
La ciudad de Popayán, una situación crítica
Entre las diez ciudades que participaron en el último estudio que mide la tolerancia de las violencias contra las mujeres realizado por la oficina de la Equidad de la Mujer de la Presidencia de la República, se encuentra que para la que tiene mayores deficiencias en relación con la tolerancia de las violencias contra las mujeres es Cartagena, le siguen Popayán, Pasto, Buenaventura y Tumaco. Este resultado muestra que han sido insuficientes las políticas locales y los proyectos de los organismos internacionales, ya que a pesar de los múltiples procesos desarrollados la tolerancia institucional de las violencias contra las mujeres continúa siendo alta o media en varias de las dimensiones incluidas.
Por el contrario, las ciudades que tienen un mejor comportamiento son Bogotá, Barranquilla, Villavicencio y Florencia ya que tuvieron en la segunda medición solamente una dimensión con alta tolerancia de las violencias contra las mujeres.
Preocupa que en la dimensión de atención siete de las 10 ciudades (Medellín, Cartagena, Popayán, Pasto, Tumaco y Buenaventura) hayan tenido un grave retroceso en la atención de las mujeres víctimas de la violencia de género.
La idea de la propiedad masculina sobre la mujer ha fortalecido el concepto social según el cual los hombres tienen el derecho a “castigar” o “disciplinar” a las mujeres. Por ciudad se encuentra donde tiene mayor fuerza este imaginario es en Cartagena (40%, Pasto (27%) y Popayán y Medellín (25% cada una), y las ciudades con menos arraigo Barranquilla (0%), Villavicencio (2%) y Tumaco (4%).
En relación con el uso del espacio público y la el estudio preguntó sobre la percepción de seguridad en diferentes situaciones. Las ciudades donde las mujeres se sienten menos seguras al caminar solas de noche son Barranquilla con 98%, Pasto con 92% y Medellín con 86%, mientras que las ciudades donde las mujeres perciben mayor seguridad en esta situación son Cartagena (64%), Popayán (78%) y Bogotá (82%).
Esta diferencia, además de las explicaciones objetivas de criminalidad, se relaciona con la sanción que hace la cultura por la transgresión de las mujeres de espacios –el público, horarios –la noche y situaciones –ir solas.
Otra de las justificaciones comunes para ejercer la violencia contra las mujeres está relacionada cuando las mujeres infringen el mandato social de fidelidad femenina y se considera que los hombres tienen el derecho de castigarlas por tal razón. En la el 10% de los consultados consideran que las mujeres celosas buscan que las maltraten. Este imaginario tiene más fuerza en los hombres (12%) que en las mujeres (9%). Esta justificación de la violencia es más fuerte en Barranquilla (31%), Cartagena (25%) y Popayán (13%).
Políticas de prevención
En la segunda medición el 22% de las servidoras y servidores públicos dicen que sus entidades trabajan conjuntamente con la comunidad en la prevención y tratamiento de las violencias basadas en género. Existe una diferencia significativa por sexo: el 28% de las mujeres, frente al 13% de los hombres consideran que se realizan estos procesos.
Por ciudad donde más se desarrollan procesos con la comunidad para prevenir y atender las violencias es en Florencia (37%), Popayán (34%) y Barranquilla (33%), y donde menos, en Buenaventura (6%), Medellín (8%) y Villavicencio (11%). Por sector, los organismos de control (44%), justicia y protección (37%) son los que más desarrollan procesos con la comunidad, y salud (29%) y educación (20%) los que menos.
Preocupa mucho que el 23% de las servidoras y servidores públicos de educación y el 22% de salud consideren que la prevención con la comunidad no es parte de sus competencias o no sepan dar razón de ello, cuando si bien es cierto que todos los sectores tienen responsabilidades para prevenir las violencias contra las mujeres, son precisamente los sectores de educación y salud quienes tienen un papel determinante para prevenir dichas violencias por la cobertura, sus objetivos y la cercanía a las comunidades.
El rol de las mujeres
La maternidad sigue siendo un eje estructural de la identidad femenina. En la segunda medición se encuentra que el 16% de la población considera que una mujer solo se realiza cuando tiene hijos. No se encuentran diferencias significativas por sexo. En Florencia (26% mujeres y 23% hombres) y en Popayán (24% mujeres y 26% hombres) es donde más fuerza tiene esta idealización de la maternidad.
También el 16% de la población consultada piensa que el papel más importante de las mujeres es cuidar de su casa y cocinar para su familia. En general, las mujeres y los hombres tuvieron el mismo porcentaje que el promedio. Las mujeres y hombres de Tumaco (47% y 40% respectivamente), Barranquilla (35% y 27%) y Popayán (23% y 27%) son los grupos donde tiene mayor fuerza este imaginario sobre el rol reproductivo de las mujeres y, donde menos, en Buenaventura, Villavicencio y Medellín.
El 31% de las personas encuestadas considera que los hombres son la cabeza del hogar. Los hombres (34%) están más convencidos de este imaginario que las mujeres (29%). Popayán y Tumaco son las ciudades más tradicionales frente a este imaginario.
Las demás ciudades tienen un comportamiento similar con porcentajes cercanos al promedio, con excepción de Cartagena (13% mujeres y 10% hombres). Una generalidad en las ciudades teniendo en cuenta la distribución por sexo es que la diferencia intergénero no es significativa, con excepción de Buenaventura donde el 21% de las mujeres y el 37% de hombres está de acuerdo con este imaginario.
La idea de la familia tradicional sigue siendo uno de los pilares del ordenamiento patriarcal de las familias que se expresa en el estudio. Un 21% de las personas encuestadas considera que las familias que cuentan con un hombre tienen menos problemas. Mujeres y hombres tuvieron el mismo porcentaje que el promedio general. Tumaco, Buenaventura, Pasto y Popayán son las ciudades que tienen más arraigado este imaginario sobre las familias y Villavicencio y Cartagena las que menos. Nuevamente se observa en Buenaventura la diferencia intergénero más amplia (26% mujeres y 40% hombres).
Unas de las prácticas que evidencian la tolerancia social de las violencias contra las mujeres se refieren a qué tanto se interviene cuando se presencia o se conoce un caso específico de violencia contra una mujer. En relación con este tema, se encuentra que el 56% de los consultados piensa que si alguno de sus amigos golpea a una mujer, intervendría durante el episodio. No hay una diferencia significativa entre mujeres y hombres, aunque ellas (57%) intervendrían un poco más que ellos (55%). Tumaco, Villavicencio, Bogotá y Barranquilla son las ciudades donde más se intervendría, en contraposición a Florencia, Popayán y Cartagena.
Homicidios contra las mujeres
Entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2015 se reportaron en Colombia un total de 8.283 casos de homicidio, en donde 671 (8,10%) corresponden a mujeres.
En relación con los rangos de edad los quinquenios con más casos fueron 20 a 24 y 25 a 29 años con 116 y 112 casos respectivamente, sumando estos dos quinquenios da 2,63 % del total de los casos; se encuentra que el comportamiento de la variable rango de edad permanece estable en relación al año anterior dado que en las cifras reportadas en el año 2014 encontramos que los rangos de edad con mayor concentración de la variable fueron los mismos, la mayor concentración de casos se dieron en mujeres adultas jóvenes. En el Cauca durante este periodo de tiempo se han reportado un total de 41 homicidios. Los departamentos con mayor número de casos en el año 2015 fueron Valle del Cauca con 146 casos (1,76%) y Bogotá Distrito Capital con 98 casos (1,18%); en relación con el año 2014 se registró una disminución en el número total de casos en 873 casos y en cuanto a los homicidios de mujeres en el 2014 los departamentos que mayor número de casos presentaron fueron Valle del Cauca y Antioquia con 159 y 95 casos respectivamente; si bien las cifras muestran un avance en la disminución de estos lamentables episodios este no es estadísticamente representativo por lo que resulta importante continuar avanzando en materia de prevención de estos hechos.
Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses / Grupo Centro de Referencia Nacional sobre Violencia
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