Víctor Paz Otero, después de 20 años de exilio voluntario en su ciudad natal

victor paz oteroÓLIVER LIS

Después de Jesucristo, puede que no haya otro personaje que encarne mejor el aforismo: “nadie es profeta en su tierra”, y es que no es fácil de definir don Víctor Paz Otero… Tiene un aspecto soberbio y adusto que nos recuerda a Víctor Hugo; fuma cigarrillos mentolados compulsivamente, aunque hable de los beneficios del cannabis; las lecturas de la psicología y la psiquiatría no se ponen de acuerdo sobre su obra: algunos colegas sostienen que en ellas se respira un trastorno oposicionista desafiante, como una confrontación no resuelta con la autoridad materna y paterna proyectada a toda forma de autoridad (ya sea moral, política, intelectual, etc.); otros, que puede tratarse de un trastorno borderline (entre la depresión y los furiosos escapismos); y otros, que ven en ella, rasgos disociales, con poca tolerancia a la frustración y querulomaníacos. Su obra “La Eternidad y el Olvido”, que pinta cómo una procesión de Semana Santa en Popayán se convierte en una gran orgía; y otros como “El Demente Exquisito” incluyen una crítica con nombres propios a personajes de Popayán, son con los que se ha hecho su propio mártir, en el mundo literario en el que vive. Pero lo cierto es que -nos guste o no- Víctor Paz conoce el oficio de escribir aunque se plagie a sí mismo en sus novelas (como él orgullosamente lo sentencia en sus aforismos), y de cierto, su cultivo de una estética para justificar o no esos trastornos de personalidad, lo hacen para unos un grandísimo hijo de P…opayán; y para otros, un grandísimo poeta. De la misma pléyade de la que habló José Ignacio Bustamante en “La Poesía en Popayán”, con la misma tinta y sangre de Pombo; con semejante agudeza a Maya, y seguramente mucho más auténtico que Valencia, se nos presenta este alter-ego del arlequín de su novela, que siente y que piensa como pocos.

Armando Villegas dijo que los artistas son como antenas que sintonizan ondas de pensamiento universal. Así encontramos a finales de la década del 50 y comienzos de los 60’s varios fenómenos culturales a lo largo del mundo, caracterizados por el intento contracultural de abrir nuevos horizontes espirituales (como el budismo, el sijismo, el hinduismo, el jainismo, etc.); de remontar el malestar moral de la cultura aludido por Freud, volviendo a la sexualidad griega, y anterior a la monogamia impuesta por la religión; a la exploración de la conciencia con plantas y bebidas psicotrópicas; y al uso de neologismos (palabras inventadas) para hacer la primera revolución que debe hacerse antes de hacer una revolución, que es la del pensamiento. En ese marco, Víctor Paz Otero, nacido en Popayán el 17 de agosto de 1945, tendría 11 años para cuando surge en Estados Unidos, con Burroughs, Ginsberg y Kerouac, la «Generación Beat» (1958); y en India, «La Generación Hambrienta»; en el Caribe «La Generación de Nicargua del 60’»; en Colombia: «Los Nadaístas» en Antioquia guiados por el “profeta de la Nada”, Gonzalo Arango, y «Los Papelípolas», en el Huila, conformados también por poetas de raíces payanesas y vinculados a Popayán, como Ángel Sierra Basto, Luis Ernesto Luna y Armando Cerón Castillo. Paz sería más contemporáneo con la «Generación del 68» o de los «Nueve Novísimos Españoles», pero respira el mismo hálito revolucionario de las demás, para cantarle a sus héroes y antihéroes de su pueblo.

Sociólogo en la Universidad Nacional de Colombia, poeta, ensayista, novelista y periodista; mal pintor, ha publicado: “Poemas de piel y tiempo” (1975), “Alteraciones (1976), “Elementos para una sociología impresionista” (1988), “La eternidad y el olvido” (1993), “Naufragio en mi bemol” (1995), “El tiempo de la culpa” (1996), “Elementos para una sociología de la disolución cultural” (2002), “El demente exquisito” (2004), “El Edipo de sangre” (2005), “Bolívar – El destino en la sombra” (2006), “La agonía erótica” (2006), “La otra agonía” (2006), “Bolívar – Delirio y epopeya” (2008) —novela finalista en el premio Rómulo Gallegos y ganadora del International Latino Book Awards como mejor biografía en lengua española—, “Las penumbras del General” (2009) -obtuvo en 2010 el premio International Latino Book Awards en Nueva York como mejor novelista que trabaja con recursos históricos y segundo premio como mejor biógrafo en lengua española-; “Entre encajes y cadenas” (2010) y “Francisco de Miranda” (2011). Asimismo, fue incluido en las antologías “Poesía para amantes” (1996) y “Poetas de América y de España” (2001). Columnista de los periódicos más importantes de Colombia y un muy difícil -dicen algunos-, por su genio voluble, profesor universitario.

Después de 20 años sin pisar su ciudad natal, tendremos dos conferencias del célebre escritor: Una el jueves 21 de abril, en el Paraninfo Francisco José de Caldas, hablando sobre su libro “El Demente Exquisito, La Vida Estrafalaria de Tomás Cipriano de Mosquera” a las 3 de la tarde; y otra, el viernes 22, en el Banco de la República, sobre su libro “La Otra Agonía”, la vida de la combatiente republicana, Manuelita Sáenz, a las 6:30 de la tarde. La entrada es libre (o mejor dicho, cada quién ingresa bajo su cuenta y riesgo). Invitan Indugráfica de Occidente Ltda., empresa que distribuye sus obras en Popayán, la Universidad del Cauca y el Banco de la República.