Vendedores ambulantes molestos con ‘plan piloto’ que los desalojó del ‘Anarkos’

Una medida temporal por parte de la Administración municipal sobre ocupación del Espacio público, llevó al desorden y el rechazo de quienes hoy viven de la venta informal. El Nuevo Liberal analiza el problema.

Fabrit Cruz

Entre las restricciones está la prohibición de carretas y cambiar al blanco, el color de las sombrillas, dijo uno de los vendedores. / Fotografías Fabrit Cruz.

Orfa* vende gafas de sol en espacio público desde hace más de 20 años. Su puesto, dice ella, siempre estuvo sobre la calle sexta, ubicada al costado del centro comercial ‘Anarkos’. Ese sitio fue recuperado por la Administración anterior y los vendedores ambulantes de la zona, fueron reubicados al centro comercial ‘El Empedrado’, una cuadra más abajo. Sin embargo, esta madre de cuatro niños, no alcanzó a estar entre los beneficiados.

Ella exhibe su producto en un tablero, ubicado en una las esquinas del sector histórico de la ciudad. Hace solo 12 días, vendía con permiso de la Alcaldía municipal sobre un andén de la carrera sexta. No obstante, al cierre de la semana anterior, la Policía recuperó el espacio y desalojó los vendedores del lugar.

“Desafortunadamente tuvimos que hacerlo. Hubo personas que intentaron utilizar las vías de hecho y debimos actuar como lo permite la norma”, confirmó el coronel Pompy Arubal Pinzón Barón, comandante de la Policía Metropolitana. El policial añadió que, en caso de encontrar personas en áreas no habilitadas por la Alcaldía municipal, se verán obligados como institución, a realizar “el procedimiento policivo y la posterior incautación de los elementos”.

La medida molestó a una parte del gremio que vive del empleo informal, entre ellos, la señora Orfa*. “No nos hubieran hecho el daño que nos hicieron, yo estoy muy dolida, porque ahora tenemos esa angustia de no saber si vamos alcanzar a pagar las deudas”, expresó llorando.

La cifra
Entre 3 y 5 millones de pesos, adeudan vendedores ambulantes en créditos informales.

Su ansiedad la resume Carmenza*, otra vendedora ambulante. “Nos sentimos atropellados por la Administración porque realmente cuando el Alcalde nos acomodó en el sector del ‘Anarkos’; nosotros adquirimos unas deudas pensando que nos dejarían allí. Ahora nos cambiaron las reglas sin preguntarle a nadie”, dijo esta mujer que vive de la venta de gorros de navidad desde hace cuatro años. Los dineros de los que hablan estas mujeres van de tres a cinco millones de pesos, y fueron adquiridos por medio de prestamistas informales, conocidos en estas esquinas como los ‘gota a gota’.

El secretario de Gobierno del municipio, Ricardo Montilla, se refirió al repentino cambio. Según el funcionario, se trataba de una medida temporal que hace parte de la Política pública para uso del espacio colectivo que está en construcción. Es decir, son pruebas piloto.

A los vendedores ambulantes, con quienes hemos tenido un acercamiento positivo, les explicamos la situación.  Jurídicamente desde el municipio hay unas zonas que no se pueden ocupar. Ahora, se trata de una área de Espacio público que ya está recuperada y se debe respetar porque ya fue despejada hace tiempo”, explicó Montilla y agregó luego, “Yo les di unas alternativas y ellos las aceptaron”.

Entre esas alternativas está la ocupación del espacio público desde la calle sexta hacia abajo. Un espacio que comprende parte de la carrera sexta y la calle séptima sobre el sector histórico de la ciudad; lugares donde hoy están ubicados los vendedores ambulantes que trabajan a la intemperie.

“Este ejercicio que se hizo busca experimentar qué pasa cuando se permite que los vendedores ambulantes se ubiquen en sectores concretos. Es una medida temporal para ver cómo damos orden a la venta en la vía, pues, definitivamente, no es posible desplazar totalmente el fenómeno que se da por la inequidad social en la que vive la gente”: Francisco Zúñiga de la oficina de Planeación municipal.

Vendedores de ‘El Empedrado’ también se molestaron

La inconformidad por el cambio de decisión se trasladó al gremio de vendedores del centro comercial ‘El Empedrado’. Ellos no entendían por qué fueron trasladados para dar espacio a otros vendedores ambulantes, cuando los compromisos pactados inicialmente decían todo lo contrario.

María Ninfa Tote, integrante del sindicato de vendedores del centro comercial, apenas se dio cuenta de la invasión actuó de inmediato.  “Yo de ver que estaban allá, fui la primera en salir. Tomé mi carrito de venta de medias y cogí para ese lugar.  Es que no era justo con nosotros”, afirmó.

Como el espacio fue recuperado, la señora Tote regresó al cubículo. Las cerca de 200 personas del centro comercial ahora se han dividido y desde el pasado viernes, se organizaron en las bahías de El Empedrado y en la plazoleta del Banco de la República. Una de las opciones que brindó la secretaría de Gobierno para que promocionen sus productos y mejoren las ventas.

Lo que viene

Para el líder de la oficina de Planeación del municipio, Francisco Zúñiga, es normal todo este proceso. “Este ejercicio que se hizo busca experimentar qué pasa cuando se permite que los vendedores ambulantes se ubiquen en sectores concretos. Es una medida temporal para ver cómo damos orden a la venta en la vía, pues, definitivamente, no es posible desplazar totalmente el fenómeno que se da por la inequidad social en la que vive la gente”.

Por su parte, el Alcalde César Cristian Gómez Castro, aseveró que es necesario cualificar el producto de venta y acabar con el endeudamiento informal. Por eso anunció que viene en camino, un convenio entre la Administración y Bancoldex que busca brindar crédito a los vendedores informales.

Además, el burgomaestre expresó que por medio de los recursos que se consigan del programa de Ciudades Sostenibles del Banco Inter-americano de Desarrollo, (BID), “vamos a buscar un estudio de Plan maestro de Espacio público que nos ayude a determinar cómo manejar este problema desde el ámbito social y económico”. 

Entre tanto, el secretario de Gobierno Ricardo Montilla pidió paciencia, entendiendo que apenas lleva unas semanas en el cargo. Insistió en la vía del diálogo y fue enfático al aseverar que las medidas adoptadas serán en beneficio de los vendedores de la ciudad.

Solamente se va a fortalecer a la gente de Popayán.  He sido claro de que no dejaré gente de otras ciudades, porque aquí vamos hacer operativos policiales en el centro. Entiendo que también son seres humanos; me da mucha pena pero debo fortalecer al vendedor local”, manifestó el funcionario.

Sobre el proceso de construcción de la Política pública para el uso del espacio público en Popayán, el arquitecto Francisco Zúñiga añadió: “lo que se está preguntando en este momento la Administración es si es posible darle orden a la venta en la calle y en qué condiciones es posible para que no  afecte la movilidad y otras variables de las cuales hoy se queja la gente”.

Entre tanto, hay que indicar que en la consolidación de esa Política está en juego un derecho colectivo, como lo define Luis Guillermo Céspedes, el exsecretario de Gobierno de la Administración anterior. “Todos tenemos derecho a ese espacio público, por lo tanto, en ese espacio público se debe garantizar los derechos de los vendedores ambulantes como los derechos de los transeúntes”. 

En ese sentido, resulta necesario, además, una mejor articulación entre los funcionarios al interior del palacio municipal, para que esta iniciativa avance sin mayores contratiempos. Entendiendo que no es la primera medida que hace “salir de la ropa” a los vendedores ambulantes, como sucedió en la presentación de la Política pública hace unas semanas.

Por ahora, está garantizada la ocupación del Espacio público en las condiciones que la Alcaldía municipal ha indicado a los vendedores ambulantes que actualmente venden en el sector histórico. Por su parte, los vendedores del centro comercial El Empedrado estarán en la plazoleta del Banco de la República y en las bahías ya mencionadas. El permiso irá solo hasta el 1 de enero del siguiente año.