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Redacción fin de semana
@elnuevoliberal
“El proceso de paz es algo bueno que nos pasó, pero hay sectores y personas que no quieren que se acabe la guerra porque esto significa plata y poder, pero lastimosamente los que la deben afrontar son los pobres”, es la opinión de un indígena de la zona rural de Caldono, quien al igual que muchos de los comuneros que allí habitan, prefiere omitir su nombre por seguridad.
Y no es para menos, una semana después de que cientos de personas participaran de la audiencia pública por la vida, la paz y el territorio, convocada por el cabildo indígena de Huellas Caloto y la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca, Acin, en rechazo a las amenazas, persecuciones y asesinatos de los líderes de la zona, entre ellos de la autoridad ancestral del resguardo Edwin Dagua Ipia (asesinado el 7 de diciembre); aparecieron nuevas amenazas, esta vez un poco más “intimidantes”, pues no solo eran los nombres de varios líderes del norte del Departamento amenazados, sino que a sus “cabezas” se les ponía precio (ver imagen panfleto 1).
El panfleto comenzó a circular el martes en la noche sobre la vía que de Corinto conduce a Caloto, supuestamente firmado por el Bloque Capital D.C. de las Águilas Negras, pero no ha sido la primera vez que este tipo de amenazas aparecía, en el primer semestre del año uno similar ya había circulado, y ahí estaba el nombre de Dagua Ipia.
“Es evidente que estos grupos delincuenciales se camuflan de diferentes formas para confundir y generar zozobra en nuestras comunidades, pero esto no va impedir ejercer gobernabilidad propia en nuestros territorios”, indicaron desde el Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.
De igual forma la preocupación no solo nace con las amenazas sino con lo efectivas que se están haciendo esas intimidaciones, pues cabe recordar que a Edwin Dagua Ipia lo habían amenazado ya en constantes ocasiones, y pese a tener esquema de seguridad, fue asesinado. Situación similar, y aunque no pasó a mayores, le ocurrió el pasado jueves en horas de la noche a German Valencia, hermano del senador Feliciano Valencia a quien al parecer iban a secuestrar, pero por la reacción de la comunidad los sujetos que iban a cometer este delito solo lo golpearon y no pudieron ni llevárselo ni acabar con su vida.
“Por estos días se ha multiplicado la distribución de panfletos, pero el denominador común es la confrontación entre algunas comunidades indígenas y grupos armados organizados residuales, y eso puede tener un tinte político que para el próximo año se definirá en esas regiones. Tenemos especial atención porque sale un panfleto amenazando a líderes y gobernadores indígenas, pero a los dos días sale otro panfleto donde un grupo armado organizado residual manifiesta que los va a proteger, como siendo el ‘salvador’ de esa situación entonces están contrapuestos y pensamos que hay intereses criminales de competencia desleal”, dijo el comandante de la Policía en el Cauca, Coronel Fabio Rojas.
El panfleto al que se refiere el Coronel Rojas (ver imagen panfleto 2) es el que apareció el pasado 19 de diciembre, firmado por una supuesta disidencia de las Farc, y donde indica…“nosotros nunca hemos chocado desde hace tiempo con los pueblos nasas, estamos dispuestos a defender a nuestros indígenas por todas las amenazas que están recibiendo por grupos paramilitares llamados águilas negras”…
Situación que para la consejera de Derechos Humanos de la Onic y líder nasa Aida Quilcue, pone en mayor riesgo a las comunidades, pues no hay garantías para su ejercicio autónomo, y los comuneros podrían quedar en medio de las disputas de los distintos grupos armados nuevos y disidentes que hay en el territorio.
De ahí que la Consejería Mayor del Cric, emitiera recientemente un comunicado donde reiteran “a los grupos armados delincuenciales que no vamos a desistir de ejercer nuestro legítimo derecho de control territorial, nuestro mandato comunitario es sacar de los territorios ancestrales a los actores armados y narcotraficantes que están generando zozobra y desarmonía en nuestros espacios de vida”.
Para esta población, las amenazas y homicidios son una forma de “exterminio” a la que dicen afrontarán hasta donde vean necesario, con unión porque son sus territorios y de ahí no saldrán, por eso la petición es tanto al gobierno como a las organizaciones nacionales e internacionales que defienden los Derechos Humanos: garantías y protección, porque en esta situación “uno no sabe qué hacer, si armarse o dejarse matar”.
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