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Redacción El Nuevo Liberal
Con la construcción de una tulpa de pensamiento y unas baterías sanitarias, la Unidad para las Víctimas fortalece la infraestructura del Proyecto Nasa.
Toribío, una población ubicada en las montañas del nororiente caucano, es el claro ejemplo de la resistencia de un pueblo que ha sufrido directamente la guerra, pero que poco a poco, después del proceso de paz con las Farc, ha tenido cambios en la sociedad y en su infraestructura.
Sin miedo, los habitantes de este municipio han reconstruido sus casas, pensando en un futuro mejor y con las ansias de vivir por fin en paz y armonía. En esta oportunidad, la Unidad para las Víctimas en el departamento del Cauca, viene trabajando en la reconstrucción del tejido social de esta comunidad, con diferentes medidas de reparación colectiva con el Plan de Vida del Proyecto Nasa.
El Proyecto Nasa nació hace 36 años y está constituido como una asociación de cabildos indígenas de Toribío, Tacueyó y San Francisco. Dentro de sus medidas de reparación colectiva, está la adecuación de los espacios para el encuentro, la construcción de pensamiento colectivo y el fortalecimiento de los valores propios de la cultura nasa.
Siendo así, la Unidad para las Víctimas y con la presencia de diferentes líderes indígenas pertenecientes al Proyecto Nasa, como Jaime Díaz Noscué, Representante legal del Plan de Vida Proyecto Nasa, se hizo la entrega oficial de materiales de construcción para el fortalecimiento de dicho proyecto de infraestructura social y comunitaria.
Dan Harry Sánchez Cobo, Director Territorial de la Unidad en Cauca, manifestó que estas medidas se realizan en cumplimiento a la Ley 1448 de 2011, la cual permite realizar dichas estrategias que reparan de manera oportuna a las víctimas del conflicto armado, en este caso por desplazamiento forzado y atentados terroristas.
“Con este proyecto, avaluado en cerca de $90 millones, donde la Unidad otorga los materiales de construcción y la comunidad la mano de obra, se construirá una tulpa de pensamiento y baterías sanitarias beneficiando a los habitantes de este sujeto de reparación colectiva”, manifestó Sánchez Cobo.
La tulpa de pensamiento es un lugar donde la comunidad se reúne a reflexionar sobre la cosmogonía indígena.
Se espera que en las próximas semanas, se inicie con las labores de construcción por parte de la comunidad.
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