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Guardando las proporciones, lo sucedido en el barrio La Pamba en la tarde del pasado lunes 21 de abril, cuando una vivienda se desplomó y otra quedó seriamente averiada, podría perfectamente tener algún tipo de semejanza a lo ocurrido en el edificio Space en la ciudad de Medellín. Insistimos, guardando las debidas proporciones.
Ambas situaciones calamitosas antes que todo, generaron una gran incomodidad a familias que creían estar asentadas con seguridad en un terreno o predio de su propiedad. –Bueno, no sobra decir que en el caso payanés, milagrosamente no se presentaron desgracias personales, tal como pasó en la capital antioqueña donde fallecieron 11 personas entre obreros y residentes de la unidad habitacional–. Igualmente, ambos sucesos se asemejan en el desplome de estructuras construidas en reconocidas áreas de importante estrato en ambas capitales y en un común denominador más diciente: la ejecución de un proyecto de construcción de una estructura privada y vertical.
Y aunque las dos tragedias tienen muchas diferencias, vale la pena destacar que muy en el fondo la gran similitud de los dos casos radicaría en aparentes omisiones en los trámites para otorgar licencias de construcción, tanto de las curadurías urbanas como en la oficina asesora de Planeación, así como en la falta de control y seguimiento a las obras de construcción que se adelantan en la ciudad.
Hace algunos meses cuando conocimos la tragedia del edificio Space, nos dimos a la tarea de averiguar si en Popayán se ejercían controles efectivos sobre las construcciones que se ejecutan actualmente en toda su jurisdicción. Con mucha extrañeza y preocupación, la misma jefe de la oficina asesora de Planeación reconoció que ellos tienen limitantes por presupuesto, personal y hasta equipos que permitirían un control exhaustivo en las construcciones. Agregó que los inspectores de esta dependencia municipal lo que hacen es verificar que los diseños estructurales, arquitectónicos y de suelos, dentro de la licencia se cumplan, pero no pueden hacer análisis pormenorizados de materiales de construcción por las limitantes mencionadas.
Pues bien, lo ocurrido el lunes anterior simplemente parecería ser la radiografía de este descontrol existente en los procesos de verificación constante que deberían ejecutarse por parte de las entidades y dependencias respectivas para las construcciones que se adelantan en todo Popayán.
En ese orden de ideas, las declaraciones entregadas por la jefe de la oficina de asesora de Planeación en torno a la situación del barrio La Pamba y en relación directa con una construcción que se levanta contigua sobre la calle 4ª, donde aseguró que los arquitectos de Planeación no evidenciaron signos de un posible derrumbe razón por la cual esos trabajos continuaron su marcha normal, pues solamente generan desconcierto ciudadano, más cuando observamos las fotografías del colapso estructural y conocemos de todos los dramas e incomodidades surgidas por el episodio payanés a comienzo de semana.
Entonces nos cuestionamos, ¿Habrá garantía de que una situación de estas no vuelva repetirse en otro punto de la ciudad? Esta es una respuesta que debe ser resuelta por la administración municipal payanesa.
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