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Por: Santiago Zambrano Simmonds
La semana pasada en un artículo escribí sobre decisiones que a pesar de ser legales ofenden a la opinión pública. Una de ellas era un asunto de tipo gremial concerniente a la inexplicable actitud del Alcalde de sacar en una sola licitación la reparación de 19 colegios por valor de 28.000 millones, donde se pedía un capital de trabajo de 14.000 millones, decía que ofendía porque con ésa decisión no había posibilidad de participación de la ingeniería local y concluía que él, que había subido al poder con un discurso como el hijo del pueblo y de la base, privara de esa oportunidad a 19 ingenieros caucanos.
Pues bien al siguiente día el Alcalde se gastó media mañana en emisoras de radio despotricando de mí, diciendo entre otras cosas que no tenía ninguna autoridad moral pues en mi paso como secretario de planeación departamental había hecho lo mismo al entregar un contrato para la Gerencia Asesora del Plan Departamental de Aguas y que le parecía raro que lo hubiera firmado antes de renunciar para salir a aspirar a la gobernación del Cauca. Luego sus mosqueteros en redes y radio mostraban como trofeo el acta de cierre de la convocatoria de dicho contrato.
Reconozco que me causó sorpresa su ataque, pues pensé nos unía una amistad nacida en el colegaje de lo público y no en el silencio; tal vez creyó que amistad significa callar y aplaudir, y no la crítica respetuosa de cuando se está obrando en contra de los intereses de la mayoría. Su reacción con ataques personales y no a los argumentos reflejó una actitud de desespero, como si lo hubieran pillado con las manos en la masa, trató de igualarme por lo bajo.
Creyó él que me iba amilanar como también lo creyó hace unos años el entonces gobernador Temistocles Ortega, cuando critiqué el pésimo manejo que le estaba dando a las regalías, ambos y como fiel copia, argumentaron lo mismo.
Fui funcionario de la Gobernación durante 18 meses periodo en el cual tuve la fortuna de conocer el Cauca y en muchos de esos meses desempeñé tres funciones simultáneamente: Secretario de Planeación, Gerente (e) de Emcaservicios y del Centro de Convenciones Casa de la Moneda.
Bueno decirles a los dos que mi paso por lo público no me avergüenza, antes me enorgullece; pero del Alcalde me sorprende más pues él por haber sido compañero de gabiente, fue testigo de las luchas que di en Bogotá respecto a la gerencia asesora, asunto de obligatorio cumplimiento según el decreto 3800 de 2.008, firmado por el Presidente, Ministros de Hacienda y de Medio Ambiente; también supo que los pliegos y las condiciones debían tener la aprobación del Viceministerio de Aguas.
Ese proceso de adjudicación fue auditado por la Procuraduría, la Contraloría General y la Contraloría Departamental del gobernador Temistocles Ortega y por supuesto como era de esperarse, no hubo ningún reparo. Ahora bien que después, tanto ese contrato como el Plan de Aguas tuvieron inconvenientes, es un asunto que pasó posterior a mi retiro.
El Alcalde también debe recordar que sacamos 69 concursos de méritos pudiéndolo haber hecho en uno sólo, y con el propósito de apoyar la ingeniería local, pusimos unos requisitos que les permitieran participar. Por supuesto que es más desgastante lidiar con 69 contratistas que con uno solo, pues como en todo, hay unos buenos y otros malos; pero esa es la diferencia entre un sincero compromiso con la población y la desidia, entre la transparencia y la pereza. Sin duda es más trabajo pero la satisfacción es mucho mayor
Igualmente debe acordarse que participé activamente en la elaboración de los pliegos de la licitación para la construcción del Centro de Convenciones Casa de la Moneda por valor de 2.900 millones que indexado serían hoy más de 3.600 millones, licitación en la que se presentaron 35 oferentes, se la ganó un caucano y los otros 34 quedaron tranquilos. Sin ningún temor, puedo afirmar que hay que devolverse más de 20 años, para que en una licitación de esa cuantía en el Cauca, se haya presentado tanta gente.
Finalmente deseo que el Alcalde sea más receptivo a la crítica para que después no salga emproblemado por malos entendidos, para que no tenga que explicar temas similares a los Creatic, Indeportes, trapiches, ete, etc, etc, en fin deseo que salga bien y no tenga que pagar costosos abogados del “Cartel de la Toga”. Siguiendo el ejemplo, tal vez crea, que saldrá lo suficientemente fortalecido para ser nuestro próximo senador, pero mientras eso sucede, la sociedad del Cauca debe tener entre sus máximas: “Nunca podemos volver a callar”
Rectificación: En mi pasada columna dije que la apoderada de la CEC se fue “lanza en ristre contra el juez 4 Civil del Circuito de Popayán Víctor de la Torre por haber admitido la demanda de Cedelca….” cuando la realidad es que el juez falló en primera instancia a favor de la Empresa por una cuantía de 105.000 millones y esa es su rabia contra él y los directivos de Cedelca. Enhorabuena excelente noticia!!
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